Trini sigue trabajando sin cesar mientras otros se dedican a expulsar a sus compañeros que no piensan como ellos. Y expulsan de forma individual o lo hacen a todo un grupo, sin cortarse un pelo. Por desgracia, este tipo de actitudes no tiene reflejo en las urnas, cuando debería ser lo primero que se valorara a la hora de decidir el voto. Si el que se presenta no acepta la discrepancia entre los suyos, ¿qué podemos esperar de él?,
Me refiero a Esperanza Aguirre, claro. ¿A quién si no?. Ya vimos cómo lo intentó con Cobo y, ahora, expulsa a Neira pero, como no se atreve, cierra todo el Observatorio contra la Violecia de Género.
Es su forma de actuar habitual: promete puestos para quien le jure fidelidad y a quien no lo haga, a la calle. Pero no merece la pena hablar más de este tipo de personas que reflejan las actitudes de la derecha más rancia de Madrid. Sólo preocupa su efecto contagio.
Trini, la candidata socialista más querida por los madrileños, al contrario de estas actitudes impropias de alguien que se autodefine demócrata, ha demostrado una capacidad de diálogo constante, como lo demustran los múltiples acuerdos a los que ha llegado con todas las Comunidades Autónomas, o en su etapa con Secretaria de Estado para Iberoamérica.
Todo ello sin parar de trabajar. Ayer, por ejemplo, estuvo por la mañana inaugurando un hospital, público, claro, porque lo hacía en Asturias, donde gobierna la izquierda. Por la tarde estuvo en la agrupación de Fuencarral-El Pardo, llena a rebosar de militantes, y por la noche estuvo en el programa de Ángel Gabilondo en CNN+.
Esta mañana ha estado reunida con los representantes de las empresas farmacéuticas españolas para desarrollar conjuntamente programas de I+D que generen puestos de trabajo cualificados en el sector.
Por esto Trini es querida. Porque se dedica a trabajar y no a perseguir a nadie.
Os dejo un pequeño vídeo con su visita a Fuencarral-El Pardo
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