Majestad, ayer no pude escucharle por estar, en el momento
de su Mensaje, en el hospital con mi suegro. En un hospital público, claro.
Hoy, día 25, puedo escucharlo e, incluso, ir parando el Mensaje, y volverlo a
escuchar, y volverlo a parar....y, así, poderlo analizar en profundidad.
Permítame, antes de nada, decirle que, aunque soy
republicano, respeto al máximo la Constitución que entre todos nos hemos dado
y, en estos momentos, lo que menos me preocupa es si nos organizamos en
Monarquía o República. Por tanto, le pido que entienda esta respuesta desde el
máximo respeto hacia la institución que usted representa. Y es por ese respeto
por el que me atrevo a responderle. Como Jefe de Estado seguro que apreciará
que un ciudadano opine sobre su Mensaje.
Aunque el Mensaje tiene muchas partes positivas, que seguro
que en su entorno le comentan, permítame que me centre en aquelos aspectos más
discutibles, al menos desde mi punto de vista.
Dice usted que "las renuncias de hoy han de garantizar
el bienestar de mañana en un plazo razonable de tiempo, de manera que se
asegure la protección de los derechos sociales que son seña de identidad de
nuestra sociedad desarrollada". Permítame decirle que, estando completamente
de acuerdo con lo que quiere decir,
no lo estoy con lo que dice. Sí, Majestad, estamos en un momento difícil
que exige sacrificios. Sacrificio es que a los funcionarios no les abonen la
paga extra o que, en mi empresa, nos apliquen una "modificación sustancial
de las condiciones de trabajo" y nos reduzcan una media del 10% de los
salarios.
Pero no es eso lo que está pasando, no es sólo eso. Lo que
usted llama "renuncias" es que el Gobierno central y, en mi caso, al
vivir en Madrid, el autonómico y el municipal, están intentando romper la
Constitución que usted y yo defendemos, están destrozando la "protección
de los derechos sociales". Permítame que le ponga algunos ejemplos de lo
que se ha hecho este 2012.
La Reforma Laboral, que elimina el papel negociador de los
sindicatos, que acaba con la posibilidad de diálogo y consenso que usted
reclama a lo largo del discurso, no es un recorte, es un cambio de modelo hacia
una sociedad de empresarios omnipotentes y trabajadores esclavizados. La
reforma educativa, que en Madrid llevamos sufriendo años, significa que miles
de profesores son despedidos, o que miles de menores se quedan sin becas de
comedor mientras se subvencionan los uniformes de los colegios privados. o se
regala suelo público, de todos, para que empresas monten negocios educativos.
Esto es un cambio de modelo, no es un recorte. Esto es romper la Constitución
que usted y yo defendemos. Que los hospitales públicos se regalen a empresas
privadas no es un recorte, es un cambio de modelo que, además, nos va a salir
mucho más caro, económica y socialmente. Que se culpabilice a los enfermos por
su enfermedad y se les obligue a pagar
las recetas, o las prótesis, o las ambulancias, o las muletas, o cientos
de medicamentos que han sido eliminados de las listas, no es un recorte, es un
cambio de modelo. Es romper la Constitución que usted y yo defendemos. Que se
abandone a los dependientes a su suerte, y sus cuidadores, no es un recorte, es
un cambio de modelo.
Mire, Hasta ahora, los españoles sabíamos que, aunque las
cosas fueran mal, aunque se nos exigieran sacrificios, teníamos nuestros
derechos sociales garantizados. Sabíamos, los trabajadores, que podíamos
negociar con nuestras empresas; ahora no. Sabíamos que si nos poníamos
enfermos, íbamos a ser atendidos; ahora no. Sabíamos que, aunque no tuviéramos
recursos, nuestros hijos podrían estudiar. Ahora muchos padres sabemos que no
podremos pagar las abusivas tasas universitarias. Hasta ahora, aunque desde
hace apenas dos legislaturas, sabíamos que si había un dependiente en nuestra
familia sería atendido. Ahora no.
Lo siento Majestad, pero lo que no ha dicho, no sé si por
desconocimiento o porque no puede meterse en esos jardines, es que lo que se
está haciendo es un ataque masivo a la Constitución que usted y yo defendemos y
que, ante ese ataque, debemos rebelarnos, unirnos, luchar. Nos pide, me pide
"confianza" y, lamentablemente, no puedo tenerla. ¿Cómo confiar en
quienes nos están robando nuestros derechos, en quienes están rompiendo la
Constitución?.
Por seguir con alguna frase llamativa de su Mensaje.
"España es parte de la solución a la crisis global y debe ser protagonista
en la toma de decisiones en los grandes foros internacionales". ¿Cómo
compatibilizar esta frase con que la ministra de Trabajo no asista a ninguna de
las reuniones europeas donde se debaten las políticas de empleo? Se preocupa
usted por la ruptura de España, pero por la ruptura física. A mí me preocupa
mucho más la ruptura social, la que el gobierno está provocando con sus políticas
en las que regala lo público, lo de todos, mientras ignora y abandona a los
trabajadores, tengan empleo o estén en paro.
"Hemos de garantizar que nada de lo conseguido juntos,
ni los derechos individuales y sociales, ni el bienestar económico, ni el
proceso de construcción política y económica puedan verse amenazados".
Completamente de acuerdo. Por eso, la lucha es el único camino frente a un
gobierno que ataca los derechos individuales y sociales, y el bienestar
económico, y la construcción política y económica. Luchar contra la injusticia
es el único camino.
"No todo es economía" y quiere "reivindicar
la política porque su papel es fundamental en la salida de la crisis". De
acuerdo. Pero dice que quiere "reivindicar la política grande" esa
que "desde el gobierno fija su atención en el interés general y en el
bienestar de los ciudadanos". ¿Dónde está esa política? Hace tiempo que
desapareció. Me gustaría reivindicar con usted esa política pero, simplemente,
no existe. Por eso, prefiero reivindicar la política pequeña, la que podemos
hacer todos, la que cada uno de nosotros, unidos a nuestros vecinos, a nuestros
compañeros de trabajo, podemos hacer día a día para intentar evitar que nos
sigan rompiendo la Constitución que usted y yo defendemos. Nosotros, los
ciudadanos, sí que hacemos una política que "integra lo común para sumar
fuerzas, no para dividirlas". Nosotros sí, los que gobiernan España no lo
están haciendo. Nosotros estamos dispuestos a "renunciar a algo de lo suyo
para ganar algo mayor y mejor para todos". El gobierno se dedica a
acumular en unas pocas manos privadas todo aquello a lo que renunciamos y que
debería ir destinado al bien común.
Habla de "promover los valores del respeto mutuo y la
lealtad recíproca". Lo siento, pero hacia el gobierno no puedo promover
esos valores porque los han bloqueado, los han eliminado. Sí los promuevo y los
promoveré hacia mis vecinos, hacia mis compañeros de trabajo, hacia los
enfermos, los estudiantes, los pensionistas, los dependientes. Sé que usted con
esta frase se refería a la situación de Cataluña, pero permítame decirle que no
voy a caer en la trampa de la guerra de banderas que las dos derechas, la de
aquí y la de allí, se han inventado para ocultar el pisoteo constante a la
Constitución que usted y yo defendemos. Me siento más unido a un trabajador de
Martorell que al presidente de la patronal madrileña. Lucharé por promover, con
ese trabajador de Martorell, "los valores del respeto mutuo y la lealtad
recíproca".
"Quiero resaltar la actitud abnegada y leal de las
familias y la solidaridad de muchas organizaciones asistenciales que con su
ayuda tanto están contribuyendo a la estabilidad social". Completamente de
acuerdo pero, Majestad, cuando son las familias y las organizaciones asistenciales
las que tienen que contribuir a la estabilidad social quiere decir que el
Estado ya no lo hace, que el gobierno ha abandonado esa función primordial y
básica.
Para terminar, Majestad, decirle que entiendo su discurso.
Sé que no le queda otra que intentar animarnos y buscar los valores positivos
de la sociedad, de los españoles, que los tenemos en abundancia. Pero tengo que
decirle también, Majestad, que estamos ante un ataque masivo a la Constitución,
a nuestros derechos individuales y sociales, que estamos ante un cambio de
modelo de Estado que nadie hemos votado, ni siquiera los que votaron al partido
en el poder. En otro momento similar, usted dio un discurso de defensa de los
valores democráticos y de la Constitución, y el pueblo entero le apoyó
manifestándose en a calle. Ahora el pueblo entero se está manifestando en la
calle para que no se rompa la Constitución, pero usted ha hecho un Mensaje que
busca confianza y lealtad hacia el gobierno que la está pisoteando.
Estamos dispuestos a sacrificios para conseguir un bien
mayor, pero no estamos dispuestos a que se rompa el Estado social y de derecho
que nos hemos dado en la Constitución. El pueblo seguirá luchando porque se
mantenga la Constitución. ¿Estará usted con el pueblo?