El de la siesta ha despertado, y lo primero que aprueba es la construcción de un cementerio, algo premonitorio de lo que será su legislatura. Mi pésame a los ciudadanos de Villar de Cañas, a losa de Cuenca, a los de Castilla la Mancha. Ah! no, pésame no, que es lo que querían y por eso le votaron.
Pero el Año Mariano no se queda ahí. Su primer Consejo de Ministros ha aprobado otras medidas "suaves", en espera de las medidas fuertes que llegarán en cuanto pasen las elecciones en Andalucía. Las medidas suaves son.
- Se congela la Ley de Dependencia: ya no habrá más Dependientes en España hasta que Mariano lo diga
- Se congela la Renta de Emancipación: ya no habrá más jóvenes con ayudas a la vivienda hasta que Mariano lo diga
- Se congela el Salario Mínimo Interprofesional, el que cobran los que menos cobran en España
- Se reducen en 600 millones de euros las inversiones en I+D+i. ¿Futuro? Qué es eso
- La subida de las pensiones tan prometida se queda en un 1%
- No más funcionarios públicos, que son malos malísimos
- El permiso de paternidad se ampliaba a cuatro semanas, pero ya no, que mientras haya una mujer-mujer cuidando a los niños, los hombres a trabajar
- Sube el IRPF, desde el 0,75 a los congelados del Salario Mínimo Interprofesional, hasta el 7%.
- Sube el IBI, entre el 10 y el 4%
- A los transportistas y agricultores les quita la bonificación por la compra de gasóleo profesional
El poema aquel de "primero vinieron a por..." no tiene validez, porque primero han ido a por todos: dependientes, pensionistas, trabajadores, funcionarios, investigadores, propietarios de viviendas, padres, transportistas, agricultores, jóvenes....
Mis felicitaciones a todos los que apoyaron un gobierno del PP, bien con su voto directo, o con su abstención, o con su voto a partidos minoritarios. Tienen lo que querían. Los demás, los que votamos al PSOE, lo vemos como una salvajada que sólo es lo suave de lo que vendrá después de las elecciones andaluzas.
Imbuído del espíritu de este primer Año Mariano, amplificado por los altavoces de Rouco en la Plaza de Colón, sólo puedo decir "que Dios nos coja confesados" o "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".
