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martes, 25 de diciembre de 2012

Respuesta al Mensaje de S.M. el Rey


Majestad, ayer no pude escucharle por estar, en el momento de su Mensaje, en el hospital con mi suegro. En un hospital público, claro. Hoy, día 25, puedo escucharlo e, incluso, ir parando el Mensaje, y volverlo a escuchar, y volverlo a parar....y, así, poderlo analizar en profundidad.

Permítame, antes de nada, decirle que, aunque soy republicano, respeto al máximo la Constitución que entre todos nos hemos dado y, en estos momentos, lo que menos me preocupa es si nos organizamos en Monarquía o República. Por tanto, le pido que entienda esta respuesta desde el máximo respeto hacia la institución que usted representa. Y es por ese respeto por el que me atrevo a responderle. Como Jefe de Estado seguro que apreciará que un ciudadano opine sobre su Mensaje.

Aunque el Mensaje tiene muchas partes positivas, que seguro que en su entorno le comentan, permítame que me centre en aquelos aspectos más discutibles, al menos desde mi punto de vista.

Dice usted que "las renuncias de hoy han de garantizar el bienestar de mañana en un plazo razonable de tiempo, de manera que se asegure la protección de los derechos sociales que son seña de identidad de nuestra sociedad desarrollada". Permítame decirle que, estando completamente de acuerdo con lo que quiere decir,  no lo estoy con lo que dice. Sí, Majestad, estamos en un momento difícil que exige sacrificios. Sacrificio es que a los funcionarios no les abonen la paga extra o que, en mi empresa, nos apliquen una "modificación sustancial de las condiciones de trabajo" y nos reduzcan una media del 10% de los salarios.

Pero no es eso lo que está pasando, no es sólo eso. Lo que usted llama "renuncias" es que el Gobierno central y, en mi caso, al vivir en Madrid, el autonómico y el municipal, están intentando romper la Constitución que usted y yo defendemos, están destrozando la "protección de los derechos sociales". Permítame que le ponga algunos ejemplos de lo que se ha hecho este 2012.

La Reforma Laboral, que elimina el papel negociador de los sindicatos, que acaba con la posibilidad de diálogo y consenso que usted reclama a lo largo del discurso, no es un recorte, es un cambio de modelo hacia una sociedad de empresarios omnipotentes y trabajadores esclavizados. La reforma educativa, que en Madrid llevamos sufriendo años, significa que miles de profesores son despedidos, o que miles de menores se quedan sin becas de comedor mientras se subvencionan los uniformes de los colegios privados. o se regala suelo público, de todos, para que empresas monten negocios educativos. Esto es un cambio de modelo, no es un recorte. Esto es romper la Constitución que usted y yo defendemos. Que los hospitales públicos se regalen a empresas privadas no es un recorte, es un cambio de modelo que, además, nos va a salir mucho más caro, económica y socialmente. Que se culpabilice a los enfermos por su enfermedad y se les obligue a pagar  las recetas, o las prótesis, o las ambulancias, o las muletas, o cientos de medicamentos que han sido eliminados de las listas, no es un recorte, es un cambio de modelo. Es romper la Constitución que usted y yo defendemos. Que se abandone a los dependientes a su suerte, y sus cuidadores, no es un recorte, es un cambio de modelo.

Mire, Hasta ahora, los españoles sabíamos que, aunque las cosas fueran mal, aunque se nos exigieran sacrificios, teníamos nuestros derechos sociales garantizados. Sabíamos, los trabajadores, que podíamos negociar con nuestras empresas; ahora no. Sabíamos que si nos poníamos enfermos, íbamos a ser atendidos; ahora no. Sabíamos que, aunque no tuviéramos recursos, nuestros hijos podrían estudiar. Ahora muchos padres sabemos que no podremos pagar las abusivas tasas universitarias. Hasta ahora, aunque desde hace apenas dos legislaturas, sabíamos que si había un dependiente en nuestra familia sería atendido. Ahora no.

Lo siento Majestad, pero lo que no ha dicho, no sé si por desconocimiento o porque no puede meterse en esos jardines, es que lo que se está haciendo es un ataque masivo a la Constitución que usted y yo defendemos y que, ante ese ataque, debemos rebelarnos, unirnos, luchar. Nos pide, me pide "confianza" y, lamentablemente, no puedo tenerla. ¿Cómo confiar en quienes nos están robando nuestros derechos, en quienes están rompiendo la Constitución?.

Por seguir con alguna frase llamativa de su Mensaje. "España es parte de la solución a la crisis global y debe ser protagonista en la toma de decisiones en los grandes foros internacionales". ¿Cómo compatibilizar esta frase con que la ministra de Trabajo no asista a ninguna de las reuniones europeas donde se debaten las políticas de empleo? Se preocupa usted por la ruptura de España, pero por la ruptura física. A mí me preocupa mucho más la ruptura social, la que el gobierno está provocando con sus políticas en las que regala lo público, lo de todos, mientras ignora y abandona a los trabajadores, tengan empleo o estén en paro.

"Hemos de garantizar que nada de lo conseguido juntos, ni los derechos individuales y sociales, ni el bienestar económico, ni el proceso de construcción política y económica puedan verse amenazados". Completamente de acuerdo. Por eso, la lucha es el único camino frente a un gobierno que ataca los derechos individuales y sociales, y el bienestar económico, y la construcción política y económica. Luchar contra la injusticia es el único camino.

"No todo es economía" y quiere "reivindicar la política porque su papel es fundamental en la salida de la crisis". De acuerdo. Pero dice que quiere "reivindicar la política grande" esa que "desde el gobierno fija su atención en el interés general y en el bienestar de los ciudadanos". ¿Dónde está esa política? Hace tiempo que desapareció. Me gustaría reivindicar con usted esa política pero, simplemente, no existe. Por eso, prefiero reivindicar la política pequeña, la que podemos hacer todos, la que cada uno de nosotros, unidos a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de trabajo, podemos hacer día a día para intentar evitar que nos sigan rompiendo la Constitución que usted y yo defendemos. Nosotros, los ciudadanos, sí que hacemos una política que "integra lo común para sumar fuerzas, no para dividirlas". Nosotros sí, los que gobiernan España no lo están haciendo. Nosotros estamos dispuestos a "renunciar a algo de lo suyo para ganar algo mayor y mejor para todos". El gobierno se dedica a acumular en unas pocas manos privadas todo aquello a lo que renunciamos y que debería ir destinado al bien común.

Habla de "promover los valores del respeto mutuo y la lealtad recíproca". Lo siento, pero hacia el gobierno no puedo promover esos valores porque los han bloqueado, los han eliminado. Sí los promuevo y los promoveré hacia mis vecinos, hacia mis compañeros de trabajo, hacia los enfermos, los estudiantes, los pensionistas, los dependientes. Sé que usted con esta frase se refería a la situación de Cataluña, pero permítame decirle que no voy a caer en la trampa de la guerra de banderas que las dos derechas, la de aquí y la de allí, se han inventado para ocultar el pisoteo constante a la Constitución que usted y yo defendemos. Me siento más unido a un trabajador de Martorell que al presidente de la patronal madrileña. Lucharé por promover, con ese trabajador de Martorell, "los valores del respeto mutuo y la lealtad recíproca".

"Quiero resaltar la actitud abnegada y leal de las familias y la solidaridad de muchas organizaciones asistenciales que con su ayuda tanto están contribuyendo a la estabilidad social". Completamente de acuerdo pero, Majestad, cuando son las familias y las organizaciones asistenciales las que tienen que contribuir a la estabilidad social quiere decir que el Estado ya no lo hace, que el gobierno ha abandonado esa función primordial y básica.

Para terminar, Majestad, decirle que entiendo su discurso. Sé que no le queda otra que intentar animarnos y buscar los valores positivos de la sociedad, de los españoles, que los tenemos en abundancia. Pero tengo que decirle también, Majestad, que estamos ante un ataque masivo a la Constitución, a nuestros derechos individuales y sociales, que estamos ante un cambio de modelo de Estado que nadie hemos votado, ni siquiera los que votaron al partido en el poder. En otro momento similar, usted dio un discurso de defensa de los valores democráticos y de la Constitución, y el pueblo entero le apoyó manifestándose en a calle. Ahora el pueblo entero se está manifestando en la calle para que no se rompa la Constitución, pero usted ha hecho un Mensaje que busca confianza y lealtad hacia el gobierno que la está pisoteando.

Estamos dispuestos a sacrificios para conseguir un bien mayor, pero no estamos dispuestos a que se rompa el Estado social y de derecho que nos hemos dado en la Constitución. El pueblo seguirá luchando porque se mantenga la Constitución. ¿Estará usted con el pueblo?