DEFENDIENDO LA EDUCACIÓN Y LA SANIDAD PÚBLICA. DEFENDIENDO EL ESTADO DEL BIENESTAR.

POR AQUÍ, ÚLTIMAMENTE, ANDO POCO. ES MÁS FÁCIL ENCONTRARME EN FACEBOOK O EN TWITTER

sábado, 31 de julio de 2010

La sanción racional

El título suena a La Escopeta Nacional, pero viene a cuento por una información que escuché ayer en un telediario: en un pueblo de la costa, da igual cual porque la estupidez se extiende como el aceite, van a multar con 3.000 euros a quien entierre una colilla en la playa.

Esto me ha hecho recordar la ordenanza de limpieza de Madrid. La Botella decidió este año endurecer las sanciones porque las anteriores nadie les hacía caso. Ahora, tirar un papel o una colilla al suelo de Madrid tiene una sanción de entre 750 y 1.500 euros.

Es un ejemplo claro de estupidez. El concejal del PP de Barajas, en un pleno, ante una pregunta que le hicimos, nos dijo que cómo iba a hacer pagar 1.500 euros a quien tirara un papel al suelo. Él sabra, pero su cargo le obliga a cumplir y hacer cumplir la normativa del Ayuntamiento.

La realidad es que estas sanciones tan abusivas hacen que su imposición sea anecdótica. La Policía Municipal, que tiene más raciocinio que sus dirigentes políticos, no impone sanciones por estos motivos: saben que es una burrada propia de alguien que no entiende nada de lo que hace.

Y el problema es que esta anormalidad se extiende por toda España, sin importar mucho el color político del dirigente municipal.

Señores/as alcaldes: ¿no sería más lógico racionalizar las sanciones, y que estas fueran de una cantidad "normal"?. Una sanción de 10 o 20 euros será mucho más fácil de imponer por un Policía Municipal, porque no te quitará el sueldo de un mes, y al infractor le va a hacer daño igualmente. Además, se empezaría a ver a la Policía poniendo sanciones por este motivo, por lo que todos pondríamos nuestras barbas a remojar.

Pues eso, responsables municipales: que se puede seguir aumentando las sanciones (¿qué tal si le quitamos la casa al que tire un papel al suelo?), y nunca se impondrán a no ser que te encuentres con un policía con el colmillo retorcido, o se pueden imponer sanciones lógicas, que los policías impondrán sin problemas y que nos enseñaran a todos que las normas están para cumplirlas

jueves, 29 de julio de 2010

Y Rouco ¿qué opina de los toros?

Estoy esperando que opina Rouco sobre los toros para formarme una opinión. Y es que algo que atañe a la moral y a las raices de España ña no es lo mismo sin la luz de la palabra de Rouco.

Y es que esto es un lío.

Parece ser que Pío V, Papa (con P mayúscula), el 1 de noviembre de 1567 promulga una Bula (De Salute Gregis –Sobre la Salvación de la Grey) que dice sobre las corridas (de toros) “Considerando Nos, despacio, lo muy opuesto de tales exhibiciones a la piedad y caridad cristianas, y deseando que estos espectáculos, tan torpes y cruentos, más de demonios que de hombres, queden abolidos en los pueblos cristianos, prohibimos bajo pena de excomunión –ipso facto- a todos sus príncipes, cualquiera que fuera su dignidad, eclesiástica o laical, imperial o regia, que permitan estas fiestas de toros”.

La prohibición de Pío V llegó a tal extremo que ordenaba que “si alguno muriera en el coso, quedara sin sepultura eclesiástica”. En aquella Bula el papa prohibía igualmente a “todos” los clérigos, bajo pena de excomunión, presenciar este “espectáculo”. Pero como muchas de aquellas corridas se celebraban con motivo de las fiestas de los santos, el papa anuló todas las obligaciones y votos de “correr toros” hechas en honor de los santos patronos del lugar.

Parece ser que en España ña, Felipe II pasó de la bula. Las Cortes quisieron prohibir los toros (no debían de tener las raices españolas muy puestas), pero Felipe II, en contra de la opinón del Papa (ay Dios mío) y de las Cortes, dijo que no, que “en cuanto del correr de los dichos toros, esto es una antigua y muy general costumbre en estos nuestros reinos, y para quitarla será menester más mirar en ello, y así por ahora no conviene se haga nada”.

Felipe II, además, consiguió que Gregorio XIII (otro Papa con P mayúscula), expidiera otra Bula (la Exponi nobis) en la que anulaba las penas y castigos de la Salute Gregis. Sólo se mantuvo la prohibición de asistir a los clérigos y que se celebrasen en las fiestas patronales o litúrgicas. ¡Coño, las fiestas de los pueblos sin toros! Los Papas estos seguro que eran catalanes.

Pero a los curas seguían gustándoles las corridas (vale, ya no hago el chiste), y otro Papa, Sixto V, decidió promulgar una Constitución Apostólica, (la Nuper siquidem), dirigida al obispo de Salamanca, Jerónimo Manrique, facultándole para impedir aquellas enseñanzas y prohibir a sus curas asistir a las corridas, “castigando a los inobedientes de cualquier clase y condición con censuras eclesiásticas y con multas pecuniarias, acudiendo si preciso fuera al brazo secular”.

Para redondear esto, para fray Francisco de Alcocer en su Tratado del Juego (1559), las corridas constituían un ejercicio “de gentiles más que de cristianos, inhumano y diabólico, que se debe desterrar de las repúblicas cristianas”.

Y a partir de ahí, debates teológicos sin parar. Total, que estoy hecho un lío. No sé que pensar y, por eso, pido a Rouco, por favor, que me ilumine en este trance.

PD. Cosas como estas y muchas más las podéis leer en un artículo de Rafael Plaza en Diario Crítico

miércoles, 28 de julio de 2010

Lealtades

Hay formas de mostrar lealtad. Por ejemplo, la de Pedro Castro, que viene a decir que él es completamente leal a Tomás Gómez, que le va a apoyar todo lo posible, pero que si hay datos que confirman que otro candidato/a es mejor, lo lógico es que Tomás Gómez se retirara, porque lo importante es el proyecto.

Es una forma evidente de mostrar lealtad, sobre todo con el proyecto, que siempre es lo importante. Por eso Pedro Castro es alcalde de Getafe y Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias.

Hay otras formas de mostrar lealtades. Traigo dos ejemplos, de Barranco y de Leguina, los últimos que perdieron el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid a manos de la derecha, lo que todavía hoy sufrimos. Esto último lo digo para los jóvenes, porque hace tantos años que los nombres de Barranco y de Leguina seguramente no les digan nada. Hace tantos años que ni Zapatero ni Blanco “existían”, por lo que nadie les puede echar la culpa de las derrotas de Barranco y Leguina. Ellos, Barranco y Leguina, tampoco tendrán ninguna responsabilidad, seguro. Hace tantísimos años que habría que tener una memoria prodigiosa para acordarse de por qué, dos personas tan ilustres que todavía hoy siguen dando consejos, perdieron el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.

Dejo sus palabras, sin comentar, para que cualquiera pueda ver otra forma de mostrar lealtad. No digo a quien, ni contra quien y contra qué, cada uno que saque sus conclusiones.

Barranco: "Si Ferraz no avala a Gómez demostrará que es una máquina de picar carne"

Leguina: “El segundo objetivo tiene que ver, creo yo, con José Blanco -"la mano que mece la cuna" en la que se quiere meter por la fuerza a Tomás Gómez- y con sus objetivos estratégicos, que no son otros que colocar a sus amigos al frente de cuantas más federaciones mejor... pues "no está el mañana en el ayer escrito".

Está bien terminar parafraseando a Machado (creo que la frase exacta es “no está el mañana –ni el ayer- escrito”). Pues eso, que se lo apliquen los del ayer, los de hace años, incluso decenios: por suerte, no está el mañana en el ayer escrito, porque los socialistas de Madrid queremos y podemos ganar y no repetir lo que hicieron ellos ayer.

martes, 27 de julio de 2010

Dar de comer a la bestia

Tenemos un grave problema: una gran rata se ha hecho dueña del campo y se come toda la cosecha y cada cosa que roe la deja putrefacta e inservible.

Hace unos años vimos que teníamos un gato en casa que se le daba bien cazar ratones, pequeños, pero se le veía con mucha habilidad. Pusimos en él todas nuestras ilusiones porque, decíamos, cuando sea mayor se comerá la gran rata que ocupa los campos y no deja nada sano. Todos decidimos darle de comer para que se hiciera grande cuanto antes.

Pero aquel cariño fue mal entendido, y como un niño mimado al que se le concede todo lo que pide, se empezó a creer el dueño de la casa. Rabietas y pataletas cuando no conseguía lo que quería fueron las primeras señales de alarma. Y las uñas, que empezaron a crecerle de manera desmesurada y arañaban a todo aquel que se ponía por delante.

Yo entonces vi que el que parecía gato realmente era una bestia. No quise darle más de comer, pero muchos siguieron como si nada pasara: “no te preocupes”, decían, “si te pones detrás no te araña y no corres ningún peligro”. Pero era mi casa, y me gustaba andar libremente por ella sin tener que pensar si me iba a encontrar con la bestia. No, no podía seguir dándole de comer como si nada pasase, y dejarle que cada vez se hiciera más dueño de la casa, y que atacara y expulsara de ella a todo aquel que no se ponía detrás de él.

Hoy han venido a verle sus padres, sus hermanos, sus primos, todos los miembros de su familia. Y como bestia que es, ha reaccionado atacándoles, sin reconocerles como familia, lanzando zarpazos y cerrando la puerta de su casa para que no entren. “Es mi casa” dice “y aquí sólo mando yo”.

Atónitos todos contemplamos el triste espectáculo. Todos somos responsables de lo que ocurre porque todos empezamos a darle de comer cuando parecía un gato habilidoso. Luego, algunos decidimos andar libres por la casa, con el peligro que tenía de cruzarse en su camino, mientras que otros decidieron seguir dándole de comer, siempre detrás de él, con la esperanza de que cuando creciera se comiera la rata que destrozaba nuestro campo.

Ahora, que no tiene ninguna capacidad ni intención de comerse a la rata, que sólo quiere ser el único dueño de la casa, que ataca a sus padres, y hermanos, y primos cuando intentan comerse ellos a la rata, ¿cómo puede haber alguien que todavía siga dando de comer a la bestia?

Los que siguen dando de comer a la bestia me dicen que queda poco para que salga a por la rata y, cuando eso pase, la rata se comerá al gato pero, para entonces, ellos habrán ocupado los mejores lugares de la casa. ¿Y no os importa que la rata se siga comiendo la cosecha? ¿Y no os importa que la casa se resquebraje por falta de mantenimiento, y que sus padres, hermanos y primos se enfaden con nosotros por no haberles permitido que nos ayudaran a cazar la rata? “No”, me responden, “a nosotros sólo nos importa estar situados en el mejor sitio de la casa para cuando venga el siguiente gato al que haya que enseñar a cazar”

PD. Que nadie vea dobles lecturas. Es sólo un cuento, que he escrito para mis hijas adolescentes; quizá por eso me ha quedado un poco de terror. Este verano me pensaré si le cambio el final he incluyo un hada madrina que convierta la rata en un pequeño hamster y mande al gato a cazar ratoncitos de nuevo. Es que, en el fondo, sigo añorando cuando mis hijas eran pequeñas y, los cuentos, felices.

sábado, 24 de julio de 2010

La hora de las primarias, que sí

Según informa la SER, Chaves le ha dicho a Tomás Gómez Franco que con él no ganamos Madrid ni de cerca, y que hace falta otro candidato/a que anime a la gente.

Tomás Gómez Franco dice que no, que él se queda porque cuenta con el apoyo mayoritario del partido de Madrid. Sigue confiando en su encuesta que él sólo conoce, frente a las decenas de encuestas que dicen lo contrario.

Pues nada, que ha decidido enrocarse.

Yo lo tengo muy claro. Mi partido es el PSOE. Mi Secretario General es Zapatero. Llamadme incrédulo, pero me fío más de las decenas de encuestas de los medios de comunicación y de la encuesta del Federal que de la encuesta secreta de Tomás Gómez Franco.

Un Comité Regional en el que faltan la mitad de los delegados, en el que los otros que van son presionados para que se hable en un sentido concreto, no es representativo de la militancia. Si al final los militantes tenemos que expresar nuestra opinión, estoy convencido de que apoyaremos de forma abrumadora a Zapatero. Y entonces sí que tendremos opciones claras de ganar Madrid.

lunes, 19 de julio de 2010

La hora de las primarias, o no

Ahora que el Comité Federal del PSOE ha dado el pistoletazo de salida para la elección de candidatos, es la hora de las primarias en Madrid. O no.

La duda surge por diferentes motivos. Porque para que haya primarias, lo primero que tiene que haber son candidatos distintos a los ya postulados, que son Tomás Gómez Franco para la Comunidad de Madrid, y David Lucas Parrón para el Ayuntamiento de Madrid.

Estos candidatos pueden surgir de forma “espontánea”, esto es, alguien que diga “yo me presento”, y conseguir una serie de avales de miembros del Comité Regional o un porcentaje de los militantes. También, puede presentarse alguien “animado” por el Federal, que tendría que reunir los mismos requisitos, pero que lo tendría algo más fácil por la “animación” desde el Federal.

La cuestión es ¿alguien se atreve?. Porque, aunque todas las encuestas de los periódicos, las televisiones, el CIS, y cualquier otro que se dedique a hacer encuestas dicen que con estos dos candidatos, Tomás Gómez Franco y David Lucas Parrón nos vamos a dar el golpe del siglo y vamos a caer en diputados y concejales a situaciones nunca vistas, Tomás Gómez Franco tiene otra encuesta, la suya, que dice que vamos como un tiro y él va a ser el próximo Presidente de la Comunidad de Madrid.

Lástima que esa encuesta sea secreta y no nos la enseñe a todos, para así animarnos de la misma forma que él. Y tiene que ser muy buena la encuesta, porque si no, con las otras encuestas en la mano, lo suyo sería que, dándose cuenta de que nos llevan al desastre, se retiraran y dejaran paso a cualquier otro/a que pudiera ilusionar de verdad a los militantes y a la ciudadanía. Por eso insito en que la encuesta de Tomás Gómez Franco debe ser la repanocha, ya que no sólo no se retira de la contienda, sino que la empezó meses antes de que el Federal dijera que se abría el plazo para presentar candidaturas. Tan seguro está que no le importó saltarse los plazos establecidos y mantener su intención de ser candidato desde hace meses.

Lo dicho, esa encuesta de Tomás Gómez Franco tiene que ser el copón. Así no es de extrañar que no salga nadie diciendo “que yo también me presento”, y que el Federal se lo piense mucho antes de “animar” a nadie. Si ya tenemos el partido prácticamente ganado, para qué molestarse.

Y no es la única encuesta que maneja: según Tomás Gómez Franco, el noventa y muchos por ciento de la militancia le apoya, según ha estimado él mismo conforme al último Comité Regional. La verdad es que el Comité Regional no es de militantes, sino de delegados, pero el hacer extrapolaciones de lo que dicen estos delegados sobre lo que opinan los militantes es una opción.

Sobre este caso en concreto tampoco hacen falta muchas encuestas: no hay más que preguntar a los amigos, familiares y conocidos, no hay más qué preguntarse uno mismo: ¿cuántas veces has visto a los miembros del Comité Regional en tu puesto de trabajo, o en tu centro de salud, o en tu centro de mayores, o en cualquier otro sitio donde acudas habitualmente, a ver cómo está la situación y a denunciarla si merece la pena hacerlo?. La respuesta de las veces que les han visto será, como en mi caso, tan abrumadora, que no dará tiempo a apuntarla. Por eso desisto de ponerlo yo en esa humilde entrada; si pusiera las veces que les he visto alargaría la entrada de una manera abusiva.

Y es que se nota cuando un partido está movilizado en un noventa y tantos por ciento alrededor de su líder; se nota porque ves a los centenares de delegados, tan motivados como están, todos los días realizando actuaciones de denuncia; se ve a los miles y miles de militantes que representan ese noventa y tantos por ciento continuamente haciendo una labor de calle imprescindible.

Por eso, ante la visión que todos tenemos de un partido completamente movilizado, y a una ciudadanía que se identifica con esa movilización, debemos dar por buena la encuesta de Tomás Gómez Franco y pensar que el resto de las decenas de encuestas de todos los medios están equivocadas.

Y en estas condiciones, no es de extrañar que si alguien quiere presentarse a unas primarias frente a Tomás Gómez Franco se lo piense mucho. ¡Qué miedo! ¿no?.