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sábado, 31 de mayo de 2014

Europeas 2. Pierde el PSOE

Permitidme que empiece con una declaración: soy de la casta. Soy de una casta que empezó a trabajar a los 16 años, y no he parado mientras me sacaba la carrera, y que tiene  por delante 15 años de hipoteca, hipoteca que pago con un trabajo que no me gusta y que en cualquier momento puedo perder, y con él perder mi casa e irme a vivir a la calle. Soy de la casta a la que pertenecemos inmensa mayoría de los españoles. Y podría seguir, pero no.

Por desgracia, tuve que soportar que durante cuatro años me llamaran asesino y terrorista, y que me acusaran, junto a mis compañeros, de poner las bombas en los trenes de Atocha. Incluso mis hijas tuvieron que aguantar los insultos de sus compañeros de clase que repetían lo que oían en casa. Pasar de ser terrorista a ser de la casta… no está mal. Entonces aprendí que los insultos descalifican a quien los emite, así que dejo el tema.

Una vez declarado que soy  del PSOE, voy al título de esta entrada: el PSOE ha perdido las elecciones. Y otra declaración: aunque soy del partido, soy primero un demócrata y segundo una persona de izquierdas, y tercero del PSOE. Siempre me he alegrado mucho, muchísimo, de que en Rivas, por poner un ejemplo, ganara IU. Preferiría que ganaran mis compañeros, pero me doy por contento con gobiernos de izquierdas, sean del partido que sean. Pero en estas elecciones no es el caso. Como decía en Europeas 1, ha ganado la derecha y, por lo tanto, ha perdido la izquierda.

El PSOE ha perdido. Tampoco ha ganado ningún otro partido de izquierdas. El que en un sillón se siente fulanito del partido A, o menganito del partido B me da igual, si el resultado es que sigue ganando la derecha.

Desde luego hemos hecho cosas mal. Cuando los votantes no confían en nosotros para gobernar, es que lo hemos hecho mal. Unos dirán que es que no hemos sabido transmitir, otros dirán que la reforma de la Constitución nos debe enviar al rincón del olvido por decenios… Cada uno tendrá sus motivos para no confiar en nosotros y para confiar en la derecha. Millones de votos perdidos, millones de razones para no votarnos. Yo, lo siento por no compartir esa opinión mayoritaria, pero en la balanza sigo viendo muchas más cosas positivas que negativas, y por eso sigo votando PSOE y sigo militando en el partido.

He hablado en plural: “hemos hecho”, porque en el PSOE somos los militantes  los que nos responsabilizamos de todo lo que se hace en nombre de nuestro partido,, ya sea gobernando o en la oposición. Las asambleas son el máximo órgano y en ellas discutimos y votamos, desde políticas a dirigentes. Somos responsables desde el momento que emitimos críticas o renunciamos a emitirlas, o emitimos elogios o renunciamos a emitirlos. Me siento responsable, como el primero, de la derrota de mi partido en las elecciones. El que se ponga de perfil y diga “yo no he sido” es que no entiende cual es el funcionamiento del partido y de las asambleas.

Pero alguien tiene que asumir la responsabilidad final. Y el compañero Rubalcaba ha hecho muy bien diciendo que él la asume, junto con la Ejecutiva Federal. Ha hecho muy bien organizando un congreso Extraordinario para elegir a nuevos órganos de dirección del partido. También lo han hecho muy bien los secretarios generales de Navarra y el País Vasco. Creo que también deberían seguir el mismo camino los secretarios generales de Madrid y Cataluña, las otras dos comunidades donde la derrota ha marcado el conjunto. Así lo expresaré en la asamblea de mi agrupación la próxima semana.

Y por si a alguien le queda alguna duda: creo que Rubalcaba ha sido un excelente ministro de Educación y que ha sido, sobre todo, un excelente ministro del Interior. Creo que los españoles nunca le agradeceremos lo suficiente, a él y a Zapatero, que acabara con ETA. Pero asumió un puesto en el Congreso de Sevilla que ahora le pone en la obligación de marcharse. Una pena porque perderemos a un excelente político.

¿Cómo elegir? Para mí, la elección del secretario general debe ser por primarias, por voto directo de los militantes. Esto ya se hace en las agrupaciones locales y debe ampliarse al resto del partido.

La elección del candidato debe hacerse por primarias abiertas a la ciudadanía.

La confección de los estatutos del partido debe permanecer como ahora: apertura de ideas provenientes de cualquier militante, pero que unos delegados, elegidos por los militantes, pondrán negro sobre blanco. Al igual que los diferentes programas electorales, con la aportación de ideas provenientes de cualquier ciudadano. En este tema de los estatutos y del programa no propongo ninguna innovación, ya que se viene haciendo desde siempre.

La innovación está en la forma de elegir a nuestros líderes. No me gustan los delegados, prefiero el voto directo.

Y salga quien salga, me guste o no, le apoyaré, porque como he dicho al principio, primero soy demócrata. Creo que el partido necesita nuevos líderes, pero, sobre todo, necesita militantes comprometidos, que trabajen todos los días por el partido y por las ideas de izquierda. No me valen los militantes de sofá que no son capaces, por ejemplo, de acudir a una manifestación en defensa de la educación pública en mi distrito. Los dirigentes asumen la responsabilidad, pero la responsabilidad real es de todos y cada uno de los militantes.

La noche electoral, tras la derrota, le dije a mi secretaria general “cuenta conmigo para lo que quieras”. Creo que esa debe ser la respuesta. Creo que esa es la única respuesta  que puede dar un militante: ponerse a disposición del partido para trabajar.

Y acabo positivamente. En las elecciones europeas hemos perdido, pero no todo. Hemos ganado allí donde gobernamos, en Andalucía y en Asturias,. Y también hemos ganado allí donde hemos mostrado una voluntad de gobernar a través de una moción de censura, como en Extremadura. Entiendo que los ciudadanos tengan sus dudas sobre nuestras promesas, actuales o futuras, pero esos mismos ciudadanos han dicho claramente, allí donde gobernamos, que nuestras promesas son realidades, y que confían en nosotros.

Me gustaría que muchos de los que ahora están intentando demostrar que son más guapos que los otros, llamando feos a sus contrincantes, se dedicaran más a elogiar nuestro trabajo allí donde gobernamos, y a hablar de la respuesta ciudadana positiva ante nuestras políticas reales. ¿Dudas de mis promesas? Mira nuestras políticas reales en Andalucía y Asturias en el gobierno y en Extremadura en la oposición. Ese debería ser nuestro mensaje, nuestra carta de presentación.

Las peleas de gallos no me gustan, y a la ciudadanía tampoco.

PD.- Sé que no he hablado de toda la izquierda, solo del PSOE. Habrá que esperar otra entrega donde hablaré de los otros partidos.





Europeas 1.- Gana la derecha

Por fin puedo sentarme en el ordenador para escribir. Ha sido una semana bastante intensa y hasta hoy no he podido. Por el móvil, algunos “me gusta” y “compartir” en FB y poco más.

Lo primero es lo primero, y lo primero es que la derecha ha vuelto a ganar las elecciones europeas. Puede que con poner esta frase bastara, pero como veo a algunos muy contentos, entusiasmados, felices, voy a ampliar esta frase. No quiero acabar con la alegría que sienten, simplemente quiero explicar la razón por la que yo no comparto esa alegría que estos días desborda por algunas personas de izquierdas, como yo.

En mi barrio, la Alameda de Osuna, ha ganado la derecha. En mi distrito, Barajas, ha ganado la derecha. En mi ciudad, Madrid, ha ganado la derecha. En mi Comunidad, Madrid, ha ganado la derecha. En mi país, España, ha ganado la derecha. En Europa, ha ganado la derecha. No sé si ha quedado bastante claro, así que lo repito: ha ganado la derecha.

Le hemos dicho a los dirigentes de la derecha que lo están haciendo bien y que pueden seguir desarrollando sus políticas. Les hemos dicho que son el partido en el que más confiamos.

Han bajado, sí ¿y?

Muchos han trasladado los resultados europeos a otros comicios. Yo también. El resultado es que en Madrid capital volvería a gobernar la derecha con un pacto PP+UPyD.  En Madrid Comunidad, al igual que en España, simplemente no se podría gobernar, ni por la derecha ni por la izquierda. ¿es eso lo que queríamos las personas de izquierda? ¿Son motivos para estar contentos? No hay más que ver cómo han aprobado las prospecciones en Canarias, o cómo van a aprobar su ley del aborto que acaba  con la libertad de las mujeres. No, no estoy contento. Lo mismo ocurre en Europa, donde también gana la derecha, que es para lo que votábamos.

Estos resultados en Europa, hacen que el Parlamento Europeo pierda fuerza en lugar de ganarla, que era lo que se pretendía con la llamada constitución europea. Los Estados mantienen su enorme fuerza, Estados gobernados abrumadoramente por la derecha, incluida Alemania, donde también ha ganado la derecha.

La derecha Alemana seguirá gobernando Europa con sus políticas de derechas, con la supuesta oposición de un Parlamento completamente dividido e incapaz de hacerle frente.

En Europa ha habido cambios. Numéricamente, el único cambio importante es el ascenso tremendo de la extrema derecha, del fascismo. No, no estoy nada contento.

Algunos dirán que han perdido fuerza, y que tienen miedo. Hay muchas risas con el supuesto miedo de la derecha. ¿alguien cree, de verdad, que Rajoy o Botín tienen miedo? El ignorar la fuerza de aquel con el que te mides es lo mejor que se puede hacer para fracasar.

No, no tienen ningún miedo. Lo difunden, sí, porque saben  que el miedo es su mejor arma electoral. El ”que vienen los rojos” se ha convertido desde el minuto uno en su lema electoral. Lo repiten y lo repetirán hasta a saciedad. Y encontrarán tuits incendiarios o movilizaciones incendiarias en barrios que les den munición para su campaña.

La derecha siempre ha hecho las mejores campañas, principalmente porque son mensajes simples y fáciles de repetir, y cuentan con unos militantes y simpatizantes que los repiten y repiten. Y cuentan con el poder financiero, económico, e incluso periodístico que les ayudarán en la repetición del mensaje.

Da lo mismo lo que haga la derecha de aquí a las elecciones, sean municipales, o autonómicas o nacionales. Da lo mismo lo que prometan o dejen de prometer en sus programas electorales. Saben que con repetir “que viene los rojos”, u otro mas compuesto de “nosotros o la anarquía”, movilizarán a su electorado.

En las próximas elecciones, 10 millones de votantes de derechas se movilizarán e irán a votar al PP. El miedo les llevará a las urnas. Ante esa movilización no habrá nadie capaz de hacerles frente, y volverán a ganar. No, no estoy nada contento, ni por lo que tenemos, ni por lo que se nos viene encima.

PD.- Esta entrada es la primera, dedicada a hablar de los vencedores en las elecciones. En otra ya hablaré de la izquierda, de los perdedores. Que no me escaqueo, que es simplemente que todo tiene un orden.