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lunes, 15 de septiembre de 2014

Me marcho

Hace unos años, Lucila, mi mujer, y yo, decidimos afiliarnos al Partido Socialista. Queríamos conseguir una sociedad mejor para mis hijas, sociedad que el primer gobierno de la derecha estaba empezando a destrozar.

Ahora, hoy, hemos decidido darnos de baja. No voy a hablar en nombre de Lucila, únicamente en el mío.

No quiero culpabilizar a nadie de mi decisión. Si hay alguna razón que aglutine más o menos a todas es el cansancio. Estoy sin fuerzas para continuar.  Cuando me afilié, sabía que tenía que luchar contra el muro que tenía enfrente, el de la derecha. Y estaba preparado para ello. Luego aparecieron muros laterales que también amenazaban, y aunque agotaban más de lo previsto, conseguí sacar fuerzas. Últimamente el muro de la espalda, el que debería proteger, también avanza. Y para eso ya no me quedan fuerzas, ni ganas. Estoy cansado.

Podría seguir siendo lo que siempre he criticado: un militante de carnet que no hace nada y espera que pase el temporal, o los temporales. Pero no soy así. Siempre, desde que me afilié, he dado todo lo posible de mí, y no sé ser sin estar.

Por eso no tengo otra salida que marcharme.

Me siento orgulloso de mi trabajo, aunque siempre podía haber hecho más. Me queda un sabor agridulce. Puse mi grano de arena para que ganara Zapatero, pero no he conseguido cambiar la Comunidad ni el Ayuntamiento de Madrid. Decía al principio que me afilié para dejar una sociedad mejor para mis hijas. Es evidente que he fracasado y que la sociedad que les estoy dejando es mucho peor que la que yo conocía cuando me afilié.

He aprendido mucho de l@s compañer@s con los que he estado esto años y, espero y deseo que nuestra relación se mantenga.

Siento especialmente dejar mi puesto en el Consejo Escolar del Instituto Alameda de Osuna donde, creo, he hecho un buen trabajo dinamizando culturalmente las tardes de estos dos últimos años. Tenía muchos proyectos para este año que no podré llevar a cabo, pero estoy seguro de que la persona que me sustituya hará una estupenda labor. Podría quedarme pero, por ética, renuncio.

Me marcho sin irme a ningún sitio. Sigo pensando que las ideas de izquierda que encarna el Partido Socialista son las mejores. Ni me voy con quienes quieren acabar con la democracia ni con quienes quieren acabar con el Estado del Bienestar, ni con quienes quieren acabar con ambas cosas.

Por ideas seguiré votando al Partido Socialista, siempre que las personas que las vayan a llevar a cabo merezcan mi confianza. Y estaré encantando de apuntarme para votar cuando se hagan primarias abiertas a la ciudadanía.

Se acaba una etapa. Empiezo otra que no tengo aún claro cual va a ser. En cualquier caso, como digo en mi blog, seguiré luchando por los más desfavorecidos. Dejo esa declaración de principios que me ha guiado estos años y que espero me guíe en el futuro:

Mirar desde la izquierda significa tener siempre presentes a l@s más desfavorecid@s.

Significa analizar los problemas y plantear las soluciones con el diálogo constante con l@s ciudadan@s y las asociaciones que los representan; es creer, de verdad, en la participación ciudadana.

Mirar desde la izquierda es creer en las políticas que buscan corregir las desigualdades.

Es estar comprometido con los valores de libertad, igualdad, solidaridad, justicia social y democracia.

Este blog es una mirada desde la izquierda. Sin apellidos. Simplemente izquierda.


PD.- He dicho lo que quería decir, y no he dicho lo que no quería decir. Por favor, que nadie deduzca lo que no digo. Y si alguien pone algún comentario, permitidme que no conteste. Esto está terminado así.