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jueves, 2 de septiembre de 2010

El tonto de la foto

¿A quién no le ha pasado que, cuando iba a hacerse una foto, ha llegado un tonto que la ha estropeado?. Este tonto tiene diferentes matices, desde imbécil a graciosillo, dependiendo de si el susodicho es un cuñado o un hermano.

Es fácil recordar la foto en la que Berlusconi ponía los cuernos a un dirigente europeo en una "cumbre". Es un recurso que utilizan los imbéciles como él para ganar protagonismo en situaciones en las que no pintan nada.

Otra foto memorable es la de Aznar con los pies encima de la mesa, acompañando a Bush. Este es un caso especial, porque se juntan dos tontos y los dos hacen la misma payasada.

Pero no todos los tontos son políticos de derechas, aunque lo parezcan.

Hay otro tipo de tontos de la foto. Aquellos que, cuando un reportero/a de la tele está haciendo un reportaje, se ponen detrás. Algunos, serios como si el tema les interesase y, otros, haciendo el payaso pero, en cualquier caso, son personajillos que sólo son capaces de salir en un medio de comunicación cuando se cuelan para interferir en el trabajo de los demás.

Cuando más me tocaban las narices los tontos de la foto era cuando quería hacerme una foto con una chica que me gustaba y aparecía el imbécil a ponerse en medio de los dos. No podías decirle nada porque era una "foto de amigos", aunque te quedabas con ganas de gritarle "¡pero por qué no te marchas!". Antes era más complicado, pero ahora, por suerte, hay mecanismos para hacer desaparecer al tonto de la foto para siempre.

En resumen: que tonto de la foto lo tenemos todos en nuestras familias. Que ese tonto sea un imbécil o un graciosillo depende sólo de nuestro grado de parentesco o amistad. Pero tonto es en cualquier caso. Lo novedoso es que ahora, con un simple clic, le podemos hacer desaparecer.

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