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martes, 2 de septiembre de 2008

Creación de empleo y política social

Creación de empleo y política social. Estos son los dos ejes sobre los que van a girar los Presupuestos Generales del Estado y que han sido aprobados por la Ejecutiva Federal Socialista en la reunión de ayer. Y me parece muy bien. Son dos de los ejes sobre los que debe pivotar una política de izquierdas.

Ahora lo que falta es ver cómo se concretan estas líneas generales, y aquí es donde puede producirse el debate.

Cuando se habla de políticas de creación de empleo, hasta ahora se ha hablado de subvencionar a las empresas que contraten trabajadores, pagándoles los seguros sociales, o dándoles un dinero fijo, o cualquier otra medida parecida. Y esto ya no me parece bien. Que a mi empresa, una multinacional que tiene beneficios de más del 20%, le ayuden con mis impuestos a contratar personal no me parece una medida de izquierdas. Mi empresa va a contratar igual cuando lo necesite, y echará a la calle, como ya lo ha hecho, a los trabajadores que deje de necesitar. El dinero que el Estado le dé no cambiará su política de contratación/despidos y lo único que hará será incrementar aún más sus beneficios.

Prefiero que el dinero público, el de todos, se destine a crear puestos de trabajo públicos. Prefiero que con mis impuestos se contraten profesores públicos que permitan reducir las ratios en los colegios públicos, prefiero que se contraten policías que ayuden a mejorar la seguridad (¿por qué cuando hablamos de policías o de militares no hace falta especificar lo de público y cuando hablamos de otros servicios esenciales sí lo tenemos que hacer, por qué permitimos que estos servicios esenciales se conviertan en un negocio?), prefiero que se contraten más médicos y enfermeros que reduzcan las listas de espera de los hospitales y centros de salud públicos, prefiero que se contrate personal público en la administración de Justicia que ayude a desatascar este pilar imprescindible de una sociedad democrática.

Y puestos a preferir, prefiero también que se contraten más inspectores de hacienda (o subinspectores, o como se llamen, que al parecer hay polémica con esto) que busquen a los defraudadores, a los que me están robando la sanidad, y la educación, y las pensiones, y les hagan pagar lo que deben, y así conseguir más dinero para poder contratar a más empleados públicos, y que metan a los defraudadores en la cárcel por atentar contra el bien común. Y prefiero que se contrate más personal público que atienda las oficinas de empleo y que pasen de ser meros agentes registradores a auténticos asesores laborales que ayuden a todas las personas que se encuentran con el problema del paro.

Y si hay que ayudar a los empresarios, que se ayude sólo a los pequeños empresarios, que son los que de verdad sufren la crisis como el resto de los trabajadores.

Prefiero que mis impuestos se dediquen a esta creación de empleo, de la que saldrán beneficiados estos trabajadores públicos que se contraten, y de la que saldrá beneficiada toda la sociedad al tener unos mejores servicios públicos. A esto es a lo que quiero que se dediquen mis impuestos, e incluso me gustaría que estos impuestos aumentasen. Quiero tener los servicios públicos de Finlandia y sé que para eso es necesario pagar los impuestos de Finlandia. Pues vamos a ello.

Y que no me cuenten que son puestos de trabajo no productivos. No hay nadie más productivo que un profesor que educa a mis hijos, o un médico que evita que me muera.

Y no creo que se pierda un solo voto, sino al contrario. Confío en la madurez de la sociedad española para, que si se nos explica que se nos va a subir un punto del IRPF para poder contratar a decenas de miles de profesores, policías o médicos, para construir escuelas, hospitales, residencias de ancianos o comisarías, o para arreglar las existentes, la sociedad apoyará esta política. Si, por el contrario, mis impuestos se le dan a las dos sociedades de capital/riesgo que actualmente dirigen mi empresa, además de no solucionar nada, desconectaría a la sociedad del gobierno porque no llegaría a entenderlo.

Recordar, por último, que la Constitución dice que los impuestos deben ser progresivos, esto es, que los que menos tienen paguen menos y que lo que más tienen paguen más. Y recordar que el Estado lo forman el gobierno de España, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, y que todos deben moverse en la misma dirección para que esto funcione.

Hay dos modelos: el de la derecha que propone recortar impuestos, especialmente a los que más tienen, para fomentar el consumo y para que los empresarios creen puestos de trabajo, y que los pocos impuestos que recauda se los da también a los empresarios para lo mismo; y el modelo de la izquierda, el que dedica los impuestos a garantizar los servicios públicos esenciales y en el que toda la sociedad se siente partícipe, y que crea puestos de trabajo dignos. Hasta ahora el mundo gira en el modelo neoliberal, con las políticas de derechas, funcionando, y estamos viendo los resultados que trae. Es hora de cambiar de modelo. Es hora de cambiar el mundo.

Recomiendo leer a Juan Hernández Vigueras en su página laeuropaopacadelasfinanzas.com . Un maestro en conocimientos y en claridad contando lo que es la economía desde la izquierda, centrado especialmente en la enorme vergüenza de los paraísos fiscales.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes Alberto, no he podido evitar entrar a curiosear tu blog y bueno, mi humilde opinión es que, digamos que nuestra sociedad está formada por un número de individuos entre los que existen ciertas relaciones precisas y "más o menos estables". Dentro de esta sociedad enmarañada de redes encontramos a la economía como una ciencia social, la cual se obtiene del campo de la producción y distribución de mercancías y servicios que la gente necesita y desea.
Se puede hacer abstracción de una diferencia que otro esté tratando de explicar, pero es que cada uno puede tener razón desde un punto de vista del problema que se estudia. Hay que poner sobre la mesa lo más importante e intentar hacer un análisis que es la tarea más específica de la abstracción. Esta metodología plantea preguntas pero no puede darnos las respuestas, sino que a través de un proceso de entendimiento científico podremos formular hipótesis sobre lo más importante y comprobar las conclusiones con los datos de la experiencia. Esa es la teoría, la práctica es más complicada y de lo que tú hablas, sobre la creación y la utilización de ese empleo creado. Es muy fácil contratar y crear empleo, pero en la actualidad también lo es destruirlo, ¿qué valor tiene hoy en día un contrato indefinido con un despido tan barato?

La relación capital-trabajo debe reducirse a su forma o formas más importantes, no como una cuestión cuantitativa, no por su análisis, sino por sus características estructurales de la sociedad. Esta relación capital-trabajo es una relación de cambio, el capitalista compra fuerza de trabajo al obrero, el obrero recibe del capitalista dinero con el cual adquiere lo necesario para la vida, como una relación de cambio. El propósito de la abstracción en la ciencia social no es nunca alejarse del mundo sino aislar ciertos aspectos para investigarla de forma intensiva, cuando operamos a un alto nivel de abstracción es con un número reducido de aspectos de la realidad.

Este proceso de cambio social no es sólo mecánico sino un producto también de la acción humana. "Los hombres hacen su historia pero no la hacen exactamente a su gusto, no la hacen en circunstancias escogidas por ellos, sino en circunstancias ya existentes, dadas y transmitidas del pasado". La sociedad cambia, y a la vez, dentro de ciertos límites, puede ser cambiada. Y ya que la acción humana es responsable de los cambios que el sistema sufre, un punto de vista más crítico es posible intelectualmente importante, moralmente y una práctica fundamental.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo Begoña; tus comentarios son muy claros. El problema es que de "Economía", como ciencia, todo el mundo se cree un entendido y se permite opinar, hablar y ofrecer medidas milagrosas que no llevan a ningún sitio. Antonio José Cerdán.

Anónimo dijo...

Encantada Antonio, pero creo que si la gente no tuviera opinión e iniciativa, ideales y ganas de que las cosas se cambiaran sobre una base, a muy pocos lugares habriamos llegado.