Gracias Almudena

Una semana es una medida de tiempo como cualquier otra para pararme y evaluar. Una semana es lo que lleva este blog en la red.

Os doy las gracias a todos los que me habéis puesto comentarios en los escritos, a los que me habéis mandado un mensaje, a los que me habéis escrito un correo, a los que me habéis llamado por teléfono. Gracias a todos.

Tengo que corregir cosas, y espero que me perdonéis todos los errores que pueda cometer, especialmente los relacionados con cuestiones técnicas, como lo de poner enlaces a webs o a blogs amigos en la parte derecha del blog. Tiempo al tiempo.

Sobre el tamaño del contenido tengo que ver que hago. Los que tienen más experiencia en estas cosas dicen que hay que escribir menos porque a la gente le gusta cada vez menos leer. Dos o tres párrafos tienen que ser suficientes para fijar una idea. No lo sé. Por ahora estoy necesitando bastante más espacio que ese y no sé si seré capaz de concentrar más el menaje. Confío en que todos aquellos que me leáis os guste la lectura un poco más extensa o que, en su defecto, con la lectura de los dos primeros párrafos os hagáis una idea para ver si merece la pena continuar leyendo.

Un defecto claro que hay es el uso continuo del masculino. En la primera entrada titulada como el blog, Las gafas rojas, empleé la arroba. A partir de ahí he venido utilizando el masculino de forma constante. Creo que los métodos como la arroba o el lector/a dificultan la lectura, aunque también creo que es importante usarlos dada la discriminación que sufren las mujeres, también en nuestra forma de expresarnos. Os pido disculpas a todos aquellos que veáis en el uso del masculino una discriminación. Tengo que ver cómo lo encajo y cómo evoluciono en este tema. Mientras, la lucha por los derechos de las mujeres será una constante en este blog, como creo que ha quedado reflejado en la entrada dedicada a Vivi Ruano. Os aconsejo leer un fantástico libro titulado La palabra de las hijas de Eva, de Teresa Moure, que he podido disfrutar este verano. Disfrutas con su lectura y te obliga a replantearte muchas cuestiones como la que ahora estoy poniendo sobre la mesa.

Sobre el porqué hago este blog hay dos respuestas: por un lado, para difundir los valores de la izquierda o, mejo dicho, los que para mí son los valores de la izquierda. Cuando el mensaje apabullante a través de los medios de comunicación es un mensaje neoliberal, machista, racista, insolidario, xenófobo, y algún que otro calificativo más que encaja con el mensaje de la derecha, se hace necesario que la izquierda se movilice para defender los valores que le son propios. La red, como instrumento democrático me permite aportar mi grano de arena en esta lucha de David contra Goliat. La otra razón es puramente personal. Tenía muchas cosas guardadas dentro que me iban a obligar a ir a algún especialista y tumbarme en su sillón a contarle mis penas. Con este blog puedo ir descargándolas de mi cabeza de forma paulatina, lo que creo que es mucho mejor para mi salud mental y, en estos tiempos neoliberales, mucho más barato. Por esta razón no voy a incluir un contador de visitas. No quiero que mi ego suba o baje en relación con el número de lectores y que finalmente tenga que acudir al especialista diciendo “doctor, nadie me lee”. Me descargo y me quedo a gusto, simplemente.

Lo que voy a procurar hacer es no criticar a las personas, sino a sus políticas. Y no porque no me lo pida el cuerpo. Pero creo que uno de los valores que debe presentar la izquierda es el cambio en la forma de relacionarnos entre nosotros, y admitir a todas las personas, piensen de la forma que piensen, tal y como son. Otra cosa es que podamos y debamos criticar aquellos pensamientos y formas de actuación que consideremos erróneos, pero que en ningún caso invalidan a la persona. Y decir esto teniendo un Presidente del Imperio como Bush, o una Presidenta de la Comunidad de Madrid como Aguirre es harto difícil. Espero que me perdonéis si alguna vez me salto esta norma, como acabo de hacer.

Te he contado más o menos quien soy y lo que quiero, pero ¿quien eres tú?.

Tú eres un compañero de Agrupación, o de Partido, o eres un compañero de trabajo, o eres un vecino, o formas parte de algún movimiento asociativo de Barajas, o eres de mi familia, o eres mi amigo. O eres mi amigo y alguna de las otras cosas que antes he citado.

Y tú eres una persona que no conozco, como Almudena, una amiga de mi hermana Concha que conociste este blog gracias a la difusión que de él hizo mi hermana. Quisiste escribir una entrada y no te salió bien, pero Concha me hizo llegar un correo tuyo con tu comentario. Con permiso de todos los anteriores, los que he citado y los que no, este comentario es el que más me ha gustado, especialmente por venir de alguien que no conozco y con la que resulta que comparto los valores de la izquierda. Con los demás siempre tengo la oportunidad de tomar una caña y comentar lo que sea. Contigo Almudena, con todos aquellos que como tú no conozco, este es el único medio de contacto. Gracias Almudena.