En el primer capítulo sobre izquierda y derecha comparaba público y privado. Ahora voy a una segunda distinción.
La izquierda, los que creen en las políticas de izquierdas, creen en la participación ciudadana, en la de todos, en igualdad de condiciones, porque todos somos iguales. Atrás quedaron los tiempos en los que se pensaba que sólo podían votar los ricos, o los que tenían estudios, o los hombres. La democracia, como gobierno del pueblo, nos indica que todos somos iguales, y que mi voto vale igual que el de cualquier otro. Y la izquierda dice que nuestra participación en la democracia no debe limitarse a las votaciones cada cuatro años, sino que la participación debe ser diaria a través de los medios que nos faciliten las administraciones públicas o de aquellos que tengamos a nuestra disposición.
La derecha, los que creen en las políticas de derechas, no creen en la participación ciudadana, no creen en que todos tenemos el mismo derecho y el mismo deber de hablar de los asuntos que no afectan. La derecha tuvo que aceptar, con la democracia, el derecho al voto, pero no acepta nada más. Les resulta más fácil hacer una campaña rápida cuando llegan los momentos electorales que debatir continuamente con los que no piensan como ellos. No consideran que el pueblo esté capacitado para opinar sobre las cuestiones que ellos manejan. Tú, chusma ignorante, a oir, ver y callar, que de los asuntos importantes ya me encargo yo.
Esta distinción entre izquierda y derecha me ha venido a la cabeza por la última cacicada de la Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre, fiel representante de las políticas de derechas, quiere echar a la FAPA Giner de los Ríos del local que le tiene cedido desde que se lo concediera el Ministerio de Educación en la época de Felipe González. El gobierno de izquierdas le cedió un local para que desarrollaran su actividad porque creía en la participación ciudadana, y en el papel de la administración de facilitar los recursos a su disposición para que esa participación fuera efectiva. El gobierno de la derecha de la Comunidad de Madrid se lo quiere quitar, saltándose los acuerdos firmados, con la excusa de la austeridad presupuestaria.
¡¿Cuántas barbaridades tendremos que ver, oir y ¿callar? con la excusa de la austeridad presupuestaria?! Blas de Otero decía “me queda la palabra”.
La derecha quiere acallar a la FAPA Giner de los Ríos porque no calla, porque habla de los asuntos que le incumben, porque defiende la escuela pública, porque defiende la educación de calidad, porque defiende el derecho de todos a participar en el modelo educativo.
La FAPA es una Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de la Comunidad de Madrid. La forman más de 800 AMPAS de otros tantos centros educativos, entre las que se encuentran las AMPAs de los dos centros públicos en los que estudian mis hijas. Y las AMPAs las formamos padres y madres del alumnado, personas preocupadas por la educación de nuestros hijos y que, desde nuestra perspectiva y conocimientos, colaboramos en la gestión de los centros educativos.
Colaboramos en su gestión a través de los Consejos Escolares, de los que formamos parte, al igual que los equipos directivos, los representantes de los profesores, los del personal no docente, los de la administración y los del alumnado. Y participamos en los Consejos Escolares cada uno desde nuestro conocimiento y nuestra perspectiva. Y este derecho a hablar y a decidir nos lo reconocía la LODE y lo reconoce la LOE.
Los padres y madres que formamos las AMPAs somos de diferentes ideologías, de diferente formación, de diferentas actitudes vitales. Las AMPA’s no son de un partido u otro, ni la FAPA tampoco. Están formadas por padres y madres que quieren lo mejor para la educación de sus hijos y que quieren que su voz sea escuchada. No quieren a nadie que les niegue la palabra, incluso cuando se equivocan.
La derecha, cuando hizo la LOCE no admitía esta participación efectiva en los Consejos Escolares porque consideraba que ellos eran los únicos con derecho a hablar y decidir porque eran los que sabían de los temas. Permanecía el Consejo Escolar como una figura decorativa ya que la mayoría de miembros puestos por la administración eliminaba el posible debate. Así es como funciona la derecha, sin debate, sin participación ciudadana.
Ahora quieren callar a la FAPA Giner de los Ríos porque denuncia la situación de los barracones, porque denuncia el ataque constante a la escuela pública, porque critica la falta de recursos, porque no opina sobre educación lo mismo que la derecha gobernante.
Podéis encontrar información sobre todos estos temas en www.fapaginerdelosrios.es
Para los de la derecha, que no admiten la participación de los demás en los temas que nos incumben, les dejo a Quevedo:
Madre, yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado,
de continuo anda amarillo;
que pues doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don, don, dodon, din, don es don dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario