La derecha confía plenamente en el mercado, y cree que la ley de la oferta y la demanda se puede encargar de organizar la sociedad y de cubrir sus necesidades. Si hace falta un hospital o un colegio, el empresario privado los hará.
La izquierda plantea que la Administración, el Estado en sus diferentes facetas de nacional, autonómico o municipal, es la que debe prestar los servicios esenciales para los ciudadanos, para así garantizar la igualdad y la equidad en el acceso a los mismos.
Entonces, la derecha dice: yo también te doy esos servicios, pero los dejo en manos privadas. Si recibes el servicio ¿qué más te da quién te lo dé?
Pues claro que no me da igual. Un empresario privado, por definición, buscará beneficio económico. Si el coste es el mismo, el beneficio sólo puede venir de la deficiente prestación del servicio o de la reducción de los costes laborales de los trabajadores encargados de prestar ese servicio.
Suponiendo que el servicio se da en las mismas condiciones, lo cual es mucho suponer, nos encontramos con la reducción de los costes laborales. Cuando nos quejamos de que hay muchos mileuristas, de que no hay seguridad en la permanencia en nuestros trabajos, cada vez que se aplican políticas de derecha se está promoviendo la precariedad laboral y los bajos salarios.
Cuando se aplican políticas de izquierda, se está optando por funcionarios que presten los servicios, personas preparadas igual que los trabajadores de las empresas privadas, pero que además, pasan una oposición que garantiza la actualización de sus conocimientos y su adecuada preparación para el puesto de trabajo que van a desempeñar.
Sí, los funcionarios son buenos. Es fácil que la imagen que nos venga a la cabeza es la de un oficinista leyendo el periódico, imagen que el poder económico privado se ha encargado de difundir. Funcionarios son los policías que velan por nuestra seguridad, y los militares, y los profesores que educan a nuestros hijos en los centros educativos públicos, y los médicos y enfermeros que nos atienden cuando estamos enfermos, y los bomberos que acuden veloces cuando estamos en peligro. Y los administrativos; sí, también los administrativos son buenos trabajadores públicos.
La derecha nos dice que una persona con contrato temporal, con un sueldo deficiente, que se debe primero a su empresa y a su empresario, va a darnos mejor servicio que los funcionarios, con trabajo fijo, con sueldo decente, y que se deben sólo a los usuarios de los servicios.
Y la izquierda dice que la empresa privada puede y debe actuar en todos aquellos ámbitos que no se consideren esenciales, donde su actuación no menoscabe los derechos y libertades recogidos en la Constitución.
La izquierda, las políticas de izquierda, defienden lo público para los servicios esenciales. La derecha, las políticas de derechas, defienden el libre mercado y la externalización de lo público. "Quien quiera seguridad que se la pague" fue una famosa frase que dijo el delegado del Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid. Y quien quiera educación, y quien quiera sanidad, y quien quiera justicia...
4 comentarios:
Bienvenido este blog. De acuerdo con lo que dices, pero me pregunto: ¿qué hace el PSOE Madrid mientras ya están privatizando la sanidad, la educación, derechos ciudadanos que debemos defender desde la izquierda?
Si estan haciendo algo, la ciudadanía no se entera.....
Saludos
POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA DIGNA
La Comunidad de Madrid está presionando y arrinconando los valores de la izquierda a los que hace referencia Alberto. Pretende convertir derechos esenciales de TOD@S como la educación y la sanidad en un negocio y como siempre, sirviéndose de viles artimañas, logra confundir un fenómeno natural como la inmigración, en un problema que acecha en ambos derechos.
Padres progresistas que hasta ahora no se planteaban pagar por la educación de sus hij@s, se acercan tímidamente a la educación concertada o descaradamente a la privada, argumentando y convenciéndose a sí mism@s, que es lo mejor para sus hij@s, dada la situación de algunos colegios. Se refieren a centros excelentes, con un profesorado entregado la mayoría de las veces y con unos servicios complementarios interminables (Primeros del Cole, actividades extraescolares, campamentos urbanos, libros gratis, campañas divulgativas…) subvencionados por unos sufridos, exprimidos ayuntamientos, seguramente de izquierdas, que se vuelcan en mejorar la calidad de la enseñanza pública haciendo frente en soledad a los enormes gastos. Pero estos padres se refieren a estos colegios de forma peyorativa y despreciativa, ya que aunque se jacten de ser progresistas ( y por ente “modernos”) quieren los mejor para sus hij@s y no es que crezcan entre inmigrantes.
Un colegio que se encuentra en un barrio obrero o se construye al amparo de pisos de protección oficial, estará estigmatizado desde sus inicios y la Comunidad de Madrid habrá logrado su objetivo, que se vayan a los privados e invertir en otras cosas lo que “les sobra” en educación.
Abandonando a su suerte a los colegios públicos, permitiendo que las ratios sean altas, que el porcentaje de inmigrantes supere el establecido, recortando la plantilla de orientadores, profesores de compensatoria… está desprestigiando una educación que hemos recibido much@s y de la que nos sentimos muy orgullosos, una educción que te ayuda a crecer como persona y no te mantiene en una burbuja irreal.
No debemos, no podemos, no queremos olvidarnos de estos colegios. Necesitan nuestro apoyo, escolarizando a nuestros hij@s en centros públicos, lograremos que no se conviertan en lo que ELLOS quieren.
ánimo!!
Enhorabuena por el blog ALberto!
Demuestras un compromiso muy serio con nuestras ideas.
Un abrazo.
Paco Rojas.
Alberto,
¡Muy buena la reflexión! En pocas palabras defines muy bien el principal debate ideológico que separa la izquierda y la derecha. Es muy importante que este mensaje se difunda, porque en el ánimo político de muchas personas reside desde hace tiempo la falsa sensación de que "la izquierda y la derecha son lo mismo: políticos en busca de poder sin diferencias reales en los programas que ofrecen...".
Salu2,
Pau.
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