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Una rosa juanto a la parada del autobús 114 que me lleva a trabajar |
“Es el amarillo de Cádiz con un grado más, el
rosa de Sevilla tirando a carmín, y el verde de Granada con una leve
fosforescencia de pez.” F.G.Lorca
Me resulta raro, pero hoy voy a escribir
optimista. Puede que sea porque es viernes, pero no es un viernes cualquiera.
Es un viernes de una semana en la que me ha gustado en lo que ha pasado y que
espero que me guste en lo que le queda por pasar. Por eso hoy, en mis gafas
rojas, incluyo unos cristales rosas, como el rosa de Sevilla, para verlo todo
de ese color. Dicen que es el color del optimismo; pues bien, en eso estoy. Y
aviso: me voy a enrollar, que hoy tengo ganas, así que si no te apetece leer
mucho, ves dejándolo ya.
Tampoco es que hayan pasado grandes cosas. O
sí, que lo grande y lo pequeño depende también mucho de que el cristal con el
que mires sea plano, cóncavo o convexo. Y como decía La Mandrágora "no sé
tus escalas, por lo tanto eres muy dueña..." Voy a diseccionar la semana
y, con ella, los motivos de este color rosa de hoy.
El lunes, un puñetazo en la mesa. Bueno, que
tampoco llegué a darlo, ni siquiera metafóricamente, pero me bastó con mostrar
la intención de darlo. Venía ya con el puño cerrado desde el viernes anterior.
Harto de tonterías en mi empresa, en el cliente, tonterías que estaban
consiguiendo amargarme en el trabajo, me puse serio. Y ¡zas!, como si no
existiera la semana pasada, de repente todo han sido sonrisas, buenas maneras,
personas educadas. He trabajado mucho, muchísimo, y no me importa, nunca me ha
importado, pero estaba hasta el gorro de malos modos, y de amenazas, y de broncas
esta hora sí y la otra también. Es una pena que haya que amenazar con pegar un
puñetazo en la mesa para que algunos jefes entiendan que los trabajadores somos
personas, y no esas cosas que dicen ellos que si das una patada en la piedra
salen veinte como tú. Empezó bien el lunes.
Y el lunes también estuve ensayando con el
Grupo de Teatro Retruécano, que ya casi estamos en capilla. Estrenamos el
sábado que viene, el 22J, en el Museo de Ciencias Naturales, una obra que se
llama “Apuntes sobre Lorca”. Estamos bien, optimistas, y haciendo con los
flecos eso que se hace con ellos, que no sé si es cortarlos, o coserlos, o
peinarlos. Un fantástico grupo con el que me lo paso muy bien y estoy
aprendiendo una burrada. El miércoles repetimos ensayo, que como estamos con el
calendario amenazante hay que espabilar.
El martes comencé el día subiendo la foto de la rosa que acompaña este artículo, al facebook. Mala calidad, ya lo sé, pero después de mucho tiempo estaba con ganas de hacer una foto con el móvil y subirla. Después de trabajar tuve homenaje, como vieja gloria que
soy, aunque más vieja que gloria. Celebramos el 25 aniversario de la creación
del Grupo Municipal Socialista de Barajas y nos hicieron un homenaje a los que
fuimos parte de él en algún momento de estos 25 años. Contento de encontrarme
con un montón de compañeros, con algunos compañeros-jefes, como Barranco o
Lissavetzky, y con muchos representantes de las asociaciones del distrito. Fue
una cosa bastante divertida y bien organizada, innovadora, como todo lo que
hacemos en Barajas.
El miércoles, ya lo he dicho, repetí ensayo. Y
antes, durante la mañana, me pellizcaba porque no me llegaba a creer que la
calma que se había instalado el lunes en mi trabajo aún continuara.
Ayer jueves la semana se fue redondeando.
Recibí un correo de los sindicatos en el que nos contaban que la empresa había
dado marcha atrás en su intento de ponernos una nueva MSCT (Modificación
Sustancial de las Condiciones de Trabajo). Querían aplicarnos esa salvajada de
la reforma laboral del PP por la que pueden disponer a su libre antojo de 170
horas anuales. El trabajo conjunto de los sindicatos ha conseguido paralizarlo.
Y también hay que agradecérselo a los trabajadores de HP. Ellos, que iban más
adelantados en estas pretensiones, hicieron huelga indefinida, que le ha
costado a su empresa un dineral en pagos, por incumplimiento de contrato, a las
empresas a las que dan servicio. Mi empresa vio las barbas de su vecino
rapar….. Y han dejado claro cuál es el camino para la próxima vez que intenten
algo similar.
Y por la tarde estuve con los compañeros con
los que voy a ir a la Convención Municipal de Madrid. Es este finde, y ayer
estuvimos viendo el documento. La verdad es que no me gusta mucho el contenido
pero, como estoy con los cristales rosas, estoy seguro de que con las
aportaciones de todos se mejorará sustancialmente. Que para eso vamos a la
convención, a aportar.
Hoy viernes he terminado mi primera semana
triunfal en el trabajo; después de cuatro meses horrorosos, una semana entera de calma, con muchísimo trabajo, pero
en paz. Antes he estado en el médico. Iba a ponerme la segunda dosis de la
antitetánica, porque me mordió un perro hace un mes, pero no ha sido posible.
No había en el centro de salud. La han pedido “urgente” hace tres días, pero
hasta el martes de la semana que viene no llega. Así que el miércoles repetiré
intento. Una pena penita lo que está haciendo con la sanidad el PP. Pero como
estoy con mis cristales rosas, me quedo con la alegría de haber estado con unos
trabajadores, todos los sanitarios, que con su lucha están consiguiendo que se
acojonen las empresas que se iban a repartir la sanidad pública de Madrid.
Tenía casi una sensación de euforia al estar en el Centro de Salud, y me
hubiera gustado gritar “chicos, que habéis ganado, que hemos ganado”. Los
cristales rosas me permiten ver, pero tampoco me vuelven loco y me hacen
ponerme a gritar….aunque no ha sido por falta de ganas.
Ahora, por la tarde, estoy con esto para el
blog, y terminando de redactar mis aportaciones para la convención municipal.
El sábado y el domingo me dedicaré a eso, a buscar soluciones para la ciudad de
Madrid.
Y acabaré así una semana buena, una semana
positiva. Alguno se preguntará que cómo puedo estar contento con la que está
cayendo. Y sí, ya sé que el rojo de las gafas no pega con el rosa de los
cristales. Vale, voy un poco hortera, pero feliz. Dejadme que lo esté aunque
sólo sea por una semana, que mi salud mental necesita de vez en cuando ciertas
dosis de alegría.
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