Lo normal es que cuando no se va, por voluntad propia o por engaños, haya un superior que le diga "vete". Pero puede complicarse cuando el superior está en la misma situación que el subordinado. Y así, destinos unidos, se mantienen firmes en su posición. "No soy yo el equivocado, es el resto del mundo mundial".
Y así, por no poder tener una situación normal, estamos viviendo una situación anormal.
Para arreglarlo pretenden dar besos y abrazos a los que han intentado eliminar simplemente porque no pertenecían al coro de aduladores. Y los aduladores repiten esos besos y abrazos. Demasiado tarde.
Os dejo con Vete, de Pimpinela
No hay comentarios:
Publicar un comentario