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sábado, 11 de octubre de 2008

A más

Una de las últimas conversaciones que tuve con mi padre en el hospital fue sobre la sanidad en Madrid. Mi hermana, enfermera, y yo, político, le comentábamos desde el punto de vista profesional y social el desastre al que se estaba llevando a la sanidad madrileña. Él ya no hablaba mucho y, después de escucharnos nos dijo "pues algo tendrá Esperanza Aguirre cuando la votan masivamente en Madrid".

Seguro que sí. El que una marquesa hable con estilo populachero y chabacano parece que es un modelo que funciona. 

Pero creo que no es sólo eso. Creo que gran parte de la responsabilidad la tenemos las personas y, sobre todo, las organizaciones de izquierda que, independientemente del mensaje que transmitimos, de lo que tendría que hablar con mucha más calma, no sabemos transmitirlo.

Las organizaciones sabrán lo que hacen (o no lo sabrán, que es peor).

Yo, como ciudadano, voy a hacer todo lo posible para informar de lo que está pasando y para dar a conocer las soluciones que desde la izquierda se pueden plantear. Este blog ha sido el primer paso, al que van a seguir muchos más. Son pasos que va a ir dando Las gafas rojas. Por desgracia, no son pasos que puede dar Alberto el socialista, ni el militante de UGT, ni el vicepresidente del APA. Demasiados impedimentos, demasiadas estructuras. Los pasos los va a dar Las gafas rojas, mi parte ciudadana, mi parte social, que al no tener espalda no tengo que estar vigilándomela, permitiéndome mirar sólo hacia delante.

Este ir a más se lo debo a mi padre. Él me enseñó a ir a más, a hacer el trabajo que hubiera que hacer para quedarte con la conciencia tranquila, que es lo mas importante, independientemente de lo que pensaran los demás. Esta época de comunicación por la red no pudo disfrutarla porque sus condiciones físicas no se lo permitieron. Cuando se jubiló decidió escribir todo aquello que veía como solución a los problemas que se estaban viviendo, y lo mandaba a todos aquellos que podían aplicar sus propuestas. Casi nunca le hicieron caso, pero no cejó en su empeño hasta que su capacidad física le dijo basta. 

Esta es la herencia que he recibido de mi padre. Esta es la herencia que intentaré mantener e intentaré multiplicar para dejársela a mis hijas. 

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