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viernes, 18 de julio de 2014

De fariseos, beatas, PPodemos y Zara

Soy un antiguo, lo reconozco. Puedo decir que no es culpa mía y que la culpa la tiene mi padre. Mi padre, un trabajador de derechas (los hay) me enseñó muchas cosas que, poco a poco, me voy dando cuenta de que están anticuadas. Qué pena. Voy a poner un pequeño ejemplo.

Mi padre me enseñó que aquellos que en misa hacían ostentación del dinero que dejaban en el cepillo, o alardeaban del dinero que daban al pobre de la puerta, eran fariseos y beatas, y que no merecían ninguna consideración. La limosna, o el donativo, o como se quiera llamar, debía de ser un acto íntimo en el que, cada uno según su conciencia, debía actuar, y sólo él y su conciencia debían conocer tal acto.

Lo de fariseos (masculino) y beatas (femenino) me imagino que era producto de la época, y que hoy se podría hablar también de fariseas y beatos. Pero bueno, lo pongo tal y como era entonces.

Pues bien, estoy descubriendo que todo esto es una reliquia del pasado, y que lo guay, ahora, es alardear de lo que das a los demás. Veo portadas de periódicos, informativos en radio y televisión, tertulias, columnas de opinión y así un largo etcétera, en las que unos cuantos políticos alardean de lo que dan a los demás. Y en todos esos medios, y en los facebuqueros y tuiteros de la izquierda, se alaba ese alarde.

¿Veis como soy un antiguo?. Toda la vida pensando que eso era propio de fariseos y beatas y, toma, que no, que es lo guay de los políticos guays.

Así que nada, a contarlo todo, que mola.

Resulta que yo dono dinero a un sindicato para que luche por los derechos de los trabajadores; y a una AMPA para que luche por la educación pública; y a una asociación de vecinos para que luche por los derechos de mis vecinos; y a un partido político para que luche por los derechos de todos los españoles; y a una ONG internacional para que luche por los más desfavorecidos de fuera de nuestras fronteras. Y en otras cosas en las que colaboro, no solo lo hago de forma totalmente  altruista, sino costándome dinero, mucho dinero en ocasiones.

Qué, ¿soy o no soy de la izquierda guay?

Y hay más, aunque no en forma de donativo. Hay dos familias que conozco que no están en muy buena  situación y a las que les hago préstamos a interés cero y sin fecha de devolución.

Ah, y que lo guay oficial es quedarse con tres veces el salario mínimo. Pues bien, yo cobro más de tres veces el salario mínimo, pero con lo contado antes, me quedo por debajo de esa cantidad. No sé si descartar alguna de las donaciones que hago para quedarme en la cifra mágica de la izquierda guay. Y lo mío es un sueldo privado, cero público.

Me estoy poniendo nervioso al contar todo esto porque sé que, en cuanto lo publique, vendrán televisiones y radios y periódicos a hacerme entrevistas a la puerta de casa y, como decía la Niña Pastori, no sé que vestío ponerme.

Fariseos y beatas. Discutiendo con uno de derechas, definía así a Amancio Ortega cuando salió la noticia de que había dado no sé cuántos millones de euros a Cáritas. Además de un alarde que me parecía vergonzoso, esa cantidad no representaba ni un 1% de su capital. Pero resulta que si quieres ser político guay, de la izquierda guay, tienes que hacer lo mismo que Amancio Ortega. Curioso, muy curioso.

Bueno, pues hasta aquí mi declaración. Hay cientos, miles de personas de izquierdas, y también de derechas que, como yo, colaboran en diversas causas sin hacer alarde y ostentación de esa colaboración. Qué antiguos.

No los sacarán nunca en la tele, ni en la radio, ni en los periódicos, ni los facebuquearán ni tuitearán. Bueno, a mí tampoco, porque aunque ahora, con esta declaración, ya formo parte de la izquierda guay, todavía no milito en el partido que los grandes capitalistas dueños de los medios de comunicación sacan continuamente en sus medios porque, como muy bien saben, son los que más ayudaron a que el PP recuperara el poder y ayudan ahora a que se mantenga por muchos, muchos años.

Muchas gracias a los políticos guay de PPodemos por enseñarme cómo hacer la nueva política. Es que, que contrariedad,  tenía los ojos vendados. Como decía Almodovar en una canción "quiero ser santa, quiero ser beata"



1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé si eso lo dijo Almodóvar alguna vez, pero "Quiero ser santa" es de los incomparables Parálisis Permanente