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domingo, 7 de febrero de 2010

El panorama real es desolador

Esta entrada es para Mercedes, que me ha hecho un comentario en la entrada de Guernika y, para intentar responder a lo que plantea, prefiero utilizar este formato más amplio.

Estoy de acuerdo contigo en que el panorama es desolador, pero prefiero ser optimista y ver la botella medio llena. Como sociedad, como conjunto de hombres y mujeres, y como hombres y mujeres individuales, nuestro comportamiento es mucho más humano de lo que algunos medios pretenden transmitirnos. Valores como la solidaridad, la libertad, la justicia social, la igualdad y la democracia, los valores que tengo puestos en "mirar desde la izquierda", se dan entre nosotros de una forma habitual, como parte de nuestra cotidianeidad. No es necesario que pase lo de Haití, que también; todos los días pedimos ayuda a nuestros amigos, familiares o vecinos, o ellos nos la demandan, y la respuesta habitualmente es de entrega, de estar receptivos ante las necesidades de los demás, al igual que los demás suelen estarlo contigo.

¿Por qué entonces en las elecciones vemos situaciones que no encajan con un razonamiento lógico? Prefiero pensar que estas situaciones son las menos. Normalmente, en los partidos políticos, suele intuirse al sinvergüenza, y muchos de estos sinvergüenzas se quedan en el camino y no son ni serán nunca noticia. El problema de que se base en una intuición y no haya un "análisis de sangre" que lo corrobore, hace que también algunos sinvergüenzas "pasen la prueba" y terminen apareciendo en las listas electorales. Una vez que están allí, en muchas ocasiones son los ciudadanos los que los detectan, y les dan la espalda, y son grandes derrotados en procesos electorales, especialmente en pequeños y medianos pueblos, donde calarles resulta más sencillo. Estos tampoco aparecen en los medios, y han sido los ciudadanos, la sociedad, la que se ha encargado de ponerles en su lugar.

Aún así, con estos dos controles, sigue habiendo algunos que los pasan, y terminan siendo elegidos por nosotros para dirigir nuestros intereses comunes. ¿Por qué?. Voy a intentar resumir algunas razones que pueden explicarlo.

Una de ellas tiene que ver con un egoísmo que todos podemos llevar dentro. Me viene a la cabeza el famoso alcalde de Marbella, ya fallecido, o el empresario de la abeja. En ambos casos, sin pudor te dicen: "déjame que os robe un poco a cada uno, que con ello yo me hago rico, pero a cambio te ofrezco crear puestos de trabajo, que tu pueblo sea el más bonito porque voy a pegar palizas a todos los indigentes para que se vayan, y voy a hacer unos paseos que van a ser la envidia del resto". Esta situación se repite en muchos lugares, y asombra ver cómo vecinos de alcaldes corruptos le apoyan porque "ha traído la riqueza al pueblo".

Y en muchas ocasiones no es necesario robar para hacer una política contraria a los intereses de la mayoría. Pongamos nuestro caso local. En Madrid capital nos hemos endeudado durante generaciones para hacer el túnel de la M30. Esto impide que haya más bibliotecas en los distritos, escuelas infantiles, colegios públicos, institutos, centros de mayores, centros de día, centros de especialidades médicas, viviendas de protección oficial, centros culturales, e impide que los que existen cuenten con los medios suficientes para un correcto funcionamiento. Pero es que la M30 ha quedado de un bonito... Para esta legislatura oiremos hablar de lo bonito que ha quedado Madrid-Río y el Cuartel de Conde Duque, que se llevan la mitad de los fondos del PlanE y que se inaugurarán unos pocos meses antes de las elecciones.

Luego vienen las campañas electorales, o campañas publicitarias puras y duras. Si son capaces de hacernos comprar un coche que no necesitamos, que vale tropecientos miles de euros, y que el coche te va a dar libertad, seguridad, y en cuanto lo compres una rubia despampanante se va a sentar a tu lado, cómo no van a ser capaces de convencernos de que fulano es el mejor alcalde, y que le votes, que es gratis, o que te quedes en casa si no te convence. También te va a traer libertad, y seguridad, y podrás pasear con la rubia por Madrid Río como si fueras alguien importante.

También hay que ver lo que hay enfrente, porque muchas veces no hay opción, o la opción es una repetición de lo que ya hay. Algunos en la oposición piensan que si fulano gana porque promete un elefante, pues con prometer yo dos ya está. Y no está. Entre original sinvergüenza y fotocopia ampliada del sinvergüenza, los ciudadanos suelen quedarse con el original. Y eso sin contar que algunos de los que están en la oposición prefieren quedarse ahí, porque van a ganar más o menos lo mismo y como pertenecen al establishmen siempre van a tener su puesto en las listas asegurado.

Para terminar con esta retahíla, la educación, que suele ser el centro de todo. Nos han enseñado a votar pero nos han enseñado muy poco de democracia y de res publica. Con Educación para la Ciudadanía se intenta paliar, pero creo que nos hemos quedado cortos. Se ha quedado como una asignatura de horas sueltas en cursos sueltos, y para mí, esta asignatura debería ser troncal, la más importante de todos los cursos de la enseñanza obligatoria, y de la no obligatoria también. ¿Hay algo más importante que aprender a vivir en sociedad, que conocer nuestros derechos y deberes, que conocer los mecanismos de representación, y de vigilancia de esa representación? Decía Santo Tomás (para que luego digan de los rojos) que "el hombre es un animal social", pero a muchos le interesa que sea más animal que social porque así podrán seguir haciendo lo que les da la gana.

Y los profesores, especialmente de secundaria, tienen mucho que decir y hacer. Sigo sin entender cómo pueden los alumnos acabar la ESO sin haber asistido a un pleno de la Junta de Distrito, o del Ayuntamiento, o de la Asamblea de Madrid, o del Congreso de los Diputados. Queda muy moderno que vayan un día a hacer un paripé de pleno organizado por los menores donde hablan "de sus cosas". Pero no van a un Pleno real, donde "sus cosas" son tratadas todos los días y donde se expresan las posturas de unos y otros. Y si se hiciera con unas clases previas donde se viera el funcionamiento, se abordaran los temas por parte de los alumnos; luego a escuchar el Pleno; y luego a comentar lo sucedido en clase... seguramente así avanzaríamos mucho en la democracia real, en nuestra parte social más que en la animal, a empezar a interesarnos por la res publica.

Resumiendo: que sí, que en muchas ocasiones "el panorama real es desolador", aunque las menos. Y para tener un panorama limpio es necesario que, desde los partidos políticos, avancemos en los procesos de primarias, para limpiar sinvergüenzas y "programas fotocopia", y que desde la sociedad, y muy especialmente desde el ámbito educativo, avancemos en formar ciudadanos antes que técnicos.

Gracias Mercedes por tu comentario.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡CHAPEAU! No se puede decir nada más. Antonio José Cerdán Ruimonte.