Estos tres presidentes de comunidades niegan a sus ciudadanos el derecho a la educación de calidad que sí que se reconoce en el resto de España. Y se lo niegan a los alumnos de las escuelas públicas, ya que las privadas y concertadas, ampliamente subvencionadas por estos personajes, sí disponen de medios materiales suficientes.
Rompen así España por la parte más sensible: la educación de nuestros hijos, o lo que es lo mismo, el futuro de España. La rompen geográficamente, haciendo que según en qué lugar se estudie se tengan unos medios distintos a otros; y la rompen socialmente, buscando una clara segregación entre los alumnos de las escuelas públicas y el resto.
Forma parte de su programa que sólo estudien aquellos que se lo merecen, que para ellos son los de las clases más privilegiadas, a las que ellos pertenecen, y que consideran, como marqueses que son, que no deben igualarse al vulgo.
Que sus tres comunidades estén metidas hasta las cejas en Gurtel es mera coincidencia. O no.
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