Hace 10 años, en 2005, le propuse a quien
entonces era el secretario de Cultura de la Agrupación Socialista de Barajas, Fernando
Goicoechea, que organizara los premios “Quijote de Barajas”. Yo era secretario
de Organización y acabábamos de formar un Comité, con Chelo de Presidenta y
Constantino de Secretario General, con muchísimas ganas de trabajar. Otros como
David Carrascosa, vocal de Cultura en el Grupo Municipal, o Antonio José
Cerdán, que se encargó del premio y la placa, o Lynda Valenzuela, que siempre
ha trabajado codo con codo con el movimiento asociativo del distrito de Barajas, fueron imprescindibles para que
esta idea se llevara a cabo. Y Pilar Horcajada, una gran compañera.
El denominar “Quijote” a los premios me
pareció que era lo más adecuado, ya que era el año de la conmemoración del IV
Centenario de esa gran obra, y porque recogía perfectamente el espíritu de
aquello que queríamos premiar: el trabajo incansable de muchos vecinos y vecinas por los demás, su entrega completa,
su dedicación a una causa, la de todos.
Gracias al partido pude conocer
personalmente a todos aquellos de los que sólo había oído hablar. Tuve la gran
suerte de compartir con ellos muchas luchas y muchos desvelos, y creía que esa
suerte que tenía debía ser compartida por todos. Por eso, el primer premio
quería que fuese para el movimiento asociativo del distrito, incansables,
siempre quijotes, siempre luchadores a cambio, la mayor parte de las veces, de
un silencio penoso por parte del PP que gobernaba Madrid.
Recibí muchas críticas, muchas de ellas
provenientes de compañeros que ahora defienden los premios. Entonces las
asambleas de la agrupación eran muy duras y el no, que siempre ha sido más
fácil que la propuesta, se escuchaba demasiadas veces. Se criticó que se
crearan los premios (¿quiénes nos creíamos para premiar a nadie?), se criticó
el nombre de Quijote (¿qué tiene que ver con Barajas?, ignorando la historia de
Leonor de Cortinas, madre de Cervantes), y se criticó que dentro de las
asociaciones premiadas incluyera a una recién formada que se decía que era de
derechas.
Pero aquel primer premio, en 2005, salió adelante. Se premió a todo el movimiento asociativo y lo recogió
AFAO, que cumplía 30 años. Después vinieron otros. En 2006 a ADALA, la
Asociación de Discapacitados de la Alameda (sentí un enorme orgullo cuando
Zapatero aprobó la Ley de Dependencia en 2006); en 2007 a los profesores de la
Escuela de Adultos de Barajas, que trabajaban en un piso bajo completamente
deficiente y lleno de humedades); en 2008 a Mª Luz Nájera, vecina asesinada
defendiendo la democracia en una manifestación de la transición, y a Paco
Juarros, luchador incansable que participó en la guerra en el famoso búnker de
El Capricho que el PP se niega a abrir; en 2009,a los músicos del distrito,
representados por Pereza, Alamedadosoulna, Carbono 14 y Schooltura, la
asociación cultural y educativa formada por jóvenes del distrito, dirigida por
el gran Dani West; en 2010 al Club de Fútbol de Barajas, el decano de lo clubs
deportivos del distrito; en 2011 a Vivi Ruano, vecina que había conseguido
abrirse paso en un mundo dominado por nombres de hombres; en 2012 a los
servicios públicos, representados en los médicos de las extintas urgencias de
Barajas, y en la Coordinadora de AMPAS de los centros educativos públicos; en
2013 a Manuel Jiménez, alcalde socialista de Barajas durante la II República, y
a “Pepe Quiosco”, siempre amigo, siempre ayudando a los más desfavorecidos.
Todos ellos se merecían el premio, y
todos ellos se merecen mucho más.
Este año, cuando se celebran los décimos
premios, se ha reconocido a Félix Joya y a la Plataforma de Alimentos del
Distrito 21 (PAD21).
Félix lleva toda la vida dedicado a darla
por los demás. El hasta ahora presidente de la Asociación de Vecinos “Plus
Ultra”, es el último que quedaba de la foto de aquel primer premio. Todas las asociaciones han
ido renovando sus directivas. En el vídeo que grabamos hace diez años con la
opinión de las asociaciones, Félix se quejaba del “pasotismo de los jóvenes”,
que no se implicaban en los temas del barrio, y que eran completamente
necesarios para que la lucha, las múltiples luchas que había y que sigue
habiendo, pudieran mantenerse. Sus hijos, chavales fantásticos, eran de los
pocos que se dedicaban a los demás.
La PAD21 no existía hace 10 años.
Entonces ninguno pensábamos que esta plataforma llegara a existir. Nuestro
distrito, gracias al Aeropuerto, ha dispuesto siempre de unas tasas altas de
empleo y parecía que nadie iba a pasar nunca hambre. Pero ahora hay familias en
Barajas que pasan hambre, y la PAD21 ayuda como puede a más de 200 de esas
familias, y tiene en lista de espera a otras muchas a las que ya no puede
llegar. Realizan su labor desde el local cedido por el Instituto Alameda de
Osuna, otro motivo más para sentirme orgulloso. Recuerdo un Consejo Escolar en el que alguno no veía
bien la idea porque ya había profesores que hacían recogida de alimentos para
dárselos a asociaciones de fuera del distrito. Hubo que convencerles de que en
Barajas también había personas pasando hambre y que la Plataforma necesitaba un
local donde realizar su labor. El equipo directivo del centro también lo apoyó
desde el primer momento.
Confío en que los premios “Quijote de
Barajas” seguirán siendo un referente en el distrito. Todos los que lo han recibido se lo merecían, pero quedan aún
muchísimos más que también se lo
merecen, que hacen su trabajo por los demás de forma constante, que pelean por
tener un distrito mejor. Hay muchas personas buenas entre nosotros.
Yo los veré con el orgullo de un padre
que ve cómo su hijo ha emprendido una vida que ya no necesita de sus consejos,
y que, una vez al año, nos encontraremos para preguntarnos qué tal nos va.
Gracias a las directivas de la Agrupación
Socialista de Barajas que mantuvieron los premios, gracias a Lucila Sesma que siempre ha estado apoyando y colaborando con este proyecto, y gracias muy especiales a
todos los Quijotes de Barajas, a los premiados y a los que aún no lo habéis
sido. Todos sois un modelo a seguir. Gracias.