Cuando voy a escribir sé que es lo que
quiero decir y sé la frase con la que empezar. Ahora no. Ahora no sé que
decirte, las ideas se quedan bloqueadas. Pero tengo que hablarte. No, no puedo
enviarte un simple mensaje de ánimo. Ni siquiera sé cómo darte ánimos.
El vacío, ese vacío al que, por mucho que
diga el sinvergüenza del ministro, todos tememos, se ha presentado ante ti y no
hay otro camino que seguirle. ¿52? años y al paro. A la calle porque tu jefe ha
decidido que, como se jubilaba, cierra la empresa. Sí, hay también motivos
económicos para el cierre, pero se habían conseguido sortear, torear durante
estos años, y había muchas posibilidades de que, con la adaptación
imprescindible a las nuevas tecnologías, se hubieran conseguido superar. Pero
no, el jefe había decidido que su obra terminara con él, y no quería cambios.
Su decisión te pone ante el vacío y te dice “salta”.
He pensado muchas veces en ese vacío. He
querido estar preparado mentalmente para cuando ese vacío me llegara, para
cuando mi jefe, o yo, decidiéramos que era hora de enfrentarme a él. Y con todo
lo que he pensado, no sé decirte ninguna conclusión, no sé ofrecerte una
salida, no sé cómo debes enfrentarte a él.
Culpas, pensar en las culpas. Es posible
que ahora estés revisando mentalmente lo que has hecho. Si deberías haberte ido
cuando…, si deberías haber aceptado aquello que te ofrecieron…, si deberías
haber preparado la salida cuando empezase a ver que el vacío llegaba… Sí,
podías haber tomado muchas decisiones en la vida que hubiesen cambiado este
momento, pero nunca se sabe. Seguro que en cada momento tomaste la decisión que
creías más acertada, aquella que creías que era mejor para ti, para tu carrera
profesional, para tu familia. No, no hay culpas propias, no debe de haberlas. Otro
ha tomado la decisión por ti.
Pero el vacío sigue presente. Con el paro
y la indemnización tendrás dos años, tres si te administras bien, pero el vacío
llegará. Bien, se puede dedicar más tiempo a la familia, a leer todos esos
libros que están pendientes… no, eso es una visión demasiado bonita. Porque
estarás pensando en los gastos superfluos a eliminar, cuando llevas años
eliminándolos; estarás pensando en cómo vas a pagar la universidad de tus
hijos, que ya llegan; estarás pensando en un futuro inmediato que se acerca a
la carrera.
Reciclarse. Esa es una de las salidas que
proponen, intentando que el peso de la culpa recaiga sobre ti. “Si no te
colocas es porque no te reciclas”. A la mierda el reciclaje. Eres profesional,
que has conseguido trabajar durante un montón de años en aquello para lo que te
habías preparado en la universidad, aunque no exactamente, sí al menos en el
sector. Eres profesional con formación y experiencia. Te dicen que lo que
tienes que hacer es convertirte en becario de algo que no sabes, ni te gusta. A
la mierda el reciclaje.
Competir. Competir en las ofertas de
empleo con jóvenes recién licenciados que serán capaces de trabajar hasta
gratis con tal de obtener esa experiencia que les van a exigir en cualquier
trabajo. Una mierda de jefe de personal,
perdón, de recursos humanos, leerá que tienes más de 50 y pensará que estás
acabado y que, encima, seguro que quieres tener derechos laborales. Con lo
fácil que es contratar a un joven al que explotar bajo la amenaza de mandarle a
Alemania. Y los hay buenos, que sé que hay empresarios decentes, pero no pueden
competir si los de la empresa de al lado trabajan con esclavos. Competir por un
puesto de trabajo de esclavo, que en muchas ocasiones ni siquiera te garantiza
casa y comida… A la mierda el competir.
Hay, sí, una pequeña salida en esa
competición. Que un amigo-conocido sepa cómo trabajas, que te conozca lo
suficiente como para saber que tu formación y experiencia es mucho más
importante que tu fecha de nacimiento. Es una salida, es una posibilidad a explorar.
Autoempleo. Creo que sí, que ésta es la
única salida real. Es lo que podemos y debemos probar. Solo o formando una
cooperativa con amigos en tu misma situación. ¿De qué?. Eso ya no sé. Puede ser
haciendo eso que siempre ha sido tu hobby e intentando sacarle una rentabilidad
económica, o haciendo tu trabajo, el de siempre, pero de forma autónoma,
aprovechando las nuevas tecnologías. Sí, para mi es la mejor posibilidad, y no
sé si lo es para ti. Pero seguir metido, como trabajador, en un mundo de
empresarios sinvergüenzas o que les obligan a serlo, en un mundo donde compites
con jóvenes que renuncian a sus derechos… no, la salida pasa por evitar ese
mundo.
Sé que plantearlo es fácil. Empatía, a la
mierda la empatía. Por mucho que quiera, por mucho que lo haya pensado, no
estoy en esa situación. Aunque vea que el vacío va a llegar, no estoy frente a
él. Y sé que es fácil teorizar sobre qué hacer, pero sólo tú estás mirando el
vació de frente. Teorías, a la mierda mis teorías.
No sé. No te habrá servido de mucho lo
que te he dicho, pero tampoco sé que otra cosa decirte. “Ánimo”, “sé fuerte”,
“estoy para lo que necesites”, “qué cabrón tu jefe”…. Estas palabras podían
haber sido la respuesta a tu mensaje. Pero mereces más y no sé como decírtelo,
no sé que decirte.
Sí, sigue habiendo miedo a perder el
trabajo, mucho miedo. Sigue vigente una reforma laboral que ha destrozado el
mundo laboral y que no se arreglará con un
cambio legislativo. Requerirá de años, puede que de generaciones, para
que los trabajadores volvamos a tener derechos, los derechos que habíamos
conseguido y que con una ley nos han robado. Como en todo robo, hay
posibilidades de detener a los ladrones, pero es muy difícil que te restituyan
todo lo robado.
Sé que no es lo que esperabas. Sé que
podría haberte dibujado un panorama más esperanzador, decirte que el vacío es
sólo una sensación que puedes llenar con una familia que te quiere, con unos
amigos que siempre estarán a tu lado, con unas posibilidades que están ahí y
que no tienes más que probarlas. No, me ha salido todo mucho más deprimente,
que seguro que no te ayuda.
Pero sí, de verdad, inténtalo. Eres una
persona inteligente, preparada, rodeada de mucho amor, y seguro que si lo
intentas lo consigues. Aunque suene mal la frase, la solución pasa por buscarse
la vida. Y tú tienes muchas herramientas
para que esa búsqueda sea satisfactoria.
Termino diciéndote que tu jefe es un
cabrón, que mucho ánimo, que tienes que ser fuerte y que estoy aquí para lo que
necesites. Termino diciéndote que no te dejes acojonar por el vacío, que pelees
por mantenerte, por estar y, sobre todo, por ser. Termino diciéndote que no sé
que decirte y que esta carta es una mierda de carta. A la mierda la carta.
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