Podría haber buscado un eufemismo que disimulara un poco el
mensaje, pero prefiero ponerlo con todas las letras, tal cual, para que no
quede ninguna duda: Gallardón es un asesino.
Para él, y para todo el PP que promueve la reforma de la ley
del aborto, en el momento que se unen dos células tenemos un ser vivo. No valen
dos células cualquiera, que éstas llevan nombre: se llaman óvulo y
espermatozoide. Esas dos células juntas ya son, para ellos, una persona y, por
tanto, merecen toda la protección posible por parte del Estado. El que acabe
con esa vida está asesinando a una persona. Asesinar es, según la RAE, “matar a
alguien con premeditación, alevosía”. Pues eso es lo que dice el PP que hacen
las mujeres que deciden abortar.
Aceptando pulpo como animal de compañía, Gallardón dice, por
ejemplo, que si esas dos células se han unido como consecuencia de una
violación, sí se puede asesinar a la persona recién formada. Justifica el
asesinato en algunos casos, lo permite, crea un marco legal que lo protege.
¿Cómo llamar a quién protege el asesinato?.
Por otro lado, dice que ninguna mujer irá a la cárcel. Dice,
según su razonamiento, que la mujer que asesine no irá a la cárcel, ni se la
penalizará de ninguna manera. Si realmente piensa que es un asesinato, ¿cómo
puede permitir que la asesina quede impune? ¿no es una forma de promover el
asesinato? Y, Gallardón, ¿cómo se llama a quién promueve el asesinato?
La hipocresía de la derecha nos devuelve a la época de los
abortos en Londres. Para ricas, claro, que las pobres abortarán en peluquerías
o en casa de alguien. Y esa misma hipocresía evita que todas las pijas que, a
partir de ahora, vayan a Londres a abortar, a asesinar según ellos, terminen
con sus huesos en la cárcel. Cómo se puede explicar, si no, que una mujer que
vaya a asesinar a alguien a Londres no termine en la cárcel.
Gallardón es un asesino confeso, que promueve y alienta el
asesinato. Él, por su condición de hombre, no podrá ejercerlo directamente
pero, conforme a su modo de pensar, lo alienta. El mismo PP debería llevar la
nueva ley al Constitucional por atentar contra la vida, como ya ha hecho con
las dos leyes anteriores que votaron en contra. Y debería expulsar a Gallardón
del ministerio de Justicia por ser un asesino confeso. Hipócritas.
Saben que es mentira que dos células sean una persona. Lo
saben, porque si no, la ley sería durísima, incluyendo penas de cárcel por
asesinato, se cometiera aquí o en Londres. Lo único que les mueve es visualizar
su idea de que las mujeres son menores de edad. Nada más. Es decirle a todas
las mujeres que ellas no pueden tomar una decisión sobre dos células Y decirles
que es necesario un grupo de expertos que tome esa decisión por ellas. Dan asco
estos hipócritas. Fariseos se llamaban en tiempos de Jesús. Hipócritas,
sinvergüenzas y asesinos los llamo yo ahora.
Para los que crean que dos células son una persona, Gallardón es un asesino conforme a la primera acepción de la RAE, que recuerdo es "matar a alguien con premeditación, alevosía". Al menos es un cómplice necesario.
Para mí, Gallardón es un asesino conforme a la segunda acepción de
asesinar, que es “Causar viva
aflicción o grandes disgustos” y conforme a la tercera acepción que recoge la RAE
sobre la palabra asesinar, que es “Dicho de una persona en quien se confía: Engañar en un asunto grave”.
Pues eso, que se mire por donde se mire, Gallardón es un asesino.
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